El general jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, José Manuel Santiago, dijo la verdad el domingo 19 de abril cuando afirmó desde el Palacio de la Moncloa que la Benemérita está investigando las redes sociales para «minimizar las críticas a la gestión del Gobierno». Off The Record ha tenido acceso al correo por el que se transmitieron esas órdenes a todas las Comandancias del Cuerpo.
Off The Record confirma así que el general José Manuel Santiago no tuvo un “lapsus” en su comparecencia informativa en Moncloa, junto al equipo del COVID-19, sino que fue absolutamente sincero para con la ciudadanía, desvelando los tics autoritarios del Gobierno. Con esta acción de la Guardia Civil, el Ejecutivo de Pero Sánchez-Pablo Iglesias nos traslada a los peores tiempos del franquismo.
Se trata del correo de Operaciones-Área de Servicios del Estado Mayor de la Guardia Civil, número 48810, de fecha 15 de abril de 2020, y transmitido a todas las Comandancias del Cuerpo.
Esa Instrucción, cuyo contenido íntegro está entrecomillado, confirma que se va a realizar un gran informe semanal sobre las noticias sobre el COVID-19 que afecten negativamente a la gestión del Gobierno y que ese informe se verá con el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, destinatario último del informe y, al parecer, el cargo que dio la orden para realizar el mismo.
La instrucción a las Comandancias se inicia con el siguiente párrafo:
“Se tiene previsto, en fecha aún por determinar, la elaboración de un informe monográfico sobre las actuaciones de ciberseguridad de la Guardia Civil vinculados al COVID-19, es decir, de las actuaciones del Cuerpo en el ámbito ciber y en relación con la orden de servicio 19/2020 (ECHO-ALFA), todo ello con la finalidad de ser tratado en próximas reuniones con el titular del departamento ministerial” [Grande-Marlaska].
Es decir, que ese párrafo del correo de Operaciones-Área de Servicios confirmaría que la orden de espiar a las redes sociales y medios de comunicación en general en el campo cibernético habría sido dada a la Guardia Civil por el propio Ministerio del Interior, cuyo titular, el exjuez Grande-Marlaska, exigiría resultados en una reunión a mantener posteriormente con los mandos del Cuerpo.
El correo sigue diciendo que “con la finalidad de disponer de los elementos necesarios para confeccionar dicho informe [que debería ser presentado luego personalmente a Marlaska] se solicita a las unidades de investigación dependientes de esas Zonas [Comandancias] la remisión a este Mando de Operaciones (Estado Mayor-Secc. Operaciones), cada viernes, de informes sobre” los siguientes puntos…”.
Primero. El correo cita denuncias recibidas por delitos informáticos, tales como “estafas informáticas, daños en sistemas, robo de información y de secretos de empresa, distribución de pornografía infantil y de ciberacoso vinculados al COVID-19”, nada que ver, este punto, con medios de comunicación o redes sociales.
Segundo. Pide a las Comandancias investigaciones judicializadas por “delitos informáticos vinculados al escenario del COVID-19”, con expresión de la unidad que lleva a cabo las investigaciones, juzgado competentes, “hechos concretos investigadas y, si los hubiere, detenciones e incautaciones. En caso de investigaciones de fraude se hará constar, si se conociera, el importe defraudado estimado y acreditado”.
Tercero. Las denuncias administrativas tramitadas por las autoridades sanitarias por “venta online de productos considerados actualmente como recurso crítico (mascarillas, guantes, geles desinfectantes, pruebas de detección…)”.
Cuarto. En este punto, la Instrucción del Mando de Operaciones entra en materia: “Actuaciones administrativas y judiciales, llevadas a cabo por iniciativa de las unidades de la Guardia Civil, de bloqueo o cierre de páginas web y de perfiles de RR.SS. utilizados para fines fraudulentos o delitos vinculados al COVID-19”.
Quinto. Éste punto es el crucial, que nos lleva a los peores tiempos del franquismo. Dice así: “5. Identificación, estudio y seguimiento, en relación con la situación creada por el COVID-19 de campañas de desinformación, así como publicaciones desmintiendo bulos y fake news susceptibles de generación de estrés social y desafección a instituciones del Gobierno” (sic). [Ni con la Ley de Prensa e Imprenta de Fraga, en 1966, hubo tal ataque contra la libertad de expresión. De hecho, la ley de 1966 supuso un respiro para el ahogamiento general de los medios de comunicación de entonces al suprimir, por ejemplo, la censura previa].
Sexto. Se piden “otras cuestiones, en relación con el mentado COVID, que se considerara pudiera ser de interés para la cumplimentación del informe requerido”.
El correo añade que “se ruega” que el informe se actualice semanalmente mientras “esté en vigor la citada Orden de Servicio 19/2020. Lo que da orden el Teniente General del Mando de Operaciones le participo para conocimiento y efectos”. Y finaliza: “Lo que se participa para conocimiento y efectos oportunos, debiendo remitir a esta Jefatura de Comandancia el informe solicitado para antes de las 14:00 horas de cada jueves, excepto del correspondiente a esta semana que deberá tener entrada antes de las 08:00 de mañana día 17/04/2020”.
El general Santiago fue sincero
Este correo remitido por la Guardia Civil a las diferentes Comandancias confirma la veracidad de las palabras pronunciadas el pasado 19 de abril por el general José Manuel Santiago: se ha ordenado a las unidades a identificar noticias falsas y fake news «susceptibles de provocar estrés social y desafección a instituciones del Gobierno». Y, además, deja en un lastimoso lugar al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que atribuyó a “lapsus” las declaraciones del general Santiago del domingo.
Tras el revuelo provocado ese domingo por esas declaraciones, el lunes, 20 de abril, sin aclarar el sentido de las mismas, el general Santiago -que sustituye en monólogos informativos de Moncloa al director adjunto operativo (DAO) de la Guardia Civil, Laurentino Ceña, tras su positivo en Covid-19- se limitó a decir una frase muy enigmática: que en sus 40 años de servicio ha aprendido que “lo primero son las personas” y que “no hay ideologías”. “En mis 40 años de profesión, en la lucha contra ETA, desde la academia, en El salvador, Bosnia, Libia, si hay una cosa que he aprendido, es que lo primero son las personas, no hay ideología, lo primero son las personas”, dijo el general.
Por su parte, el doctor Fernando Simón, el principal asesor del Gobierno en la epidemia del coronavirus, salió ese mismo lunes en defensa del general Santiago al decir que no le parecía “decente” criticar al general jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil por lo que atribuyó a un “fallo” en su comparecencia. Simón ha quedado ahora en un más que lamentable estado al conocerse el contenido del correo de la Guardia Civil. Un escalón hacia la bajeza, al igual que el director de Comunicación del Gobierno, Miguel Ángel Oliver, que no trasladó al general Santiago ninguna pregunta de los periodistas referidas a esta polémica.