Ahora que también Pedro Sánchez es facha según Ione belarra, Echenique y Yolanda Díaz, y ahora que ya sabemos que también se puede hablar (bajito) de inmigración, vamos allá. En 2023 llegaron a Europa 3,5 millones de inmigrantes de los cuales 3,2 entraron con sus papeles en regla y 275.000 por su jeta morena.
Los “legales” lo hicieron por reagrupación familiar (37%), contratados con contrato (22%) y por estudios (4%). Luego hay una bolsa del 28% que son los permisos de residencia concedidos por “otros motivos”, ninguno relacionado con asilo político. De hecho, el mismo año hubo 6,8 millones de solicitudes de asilo (casi 19.000 solicitudes por día) y se aprobaron 650.000.
O sea, que el discurso woke resulta una mentira desmesurada e ideologizada, otra vez. Seamos sensatos: somos 450 millones de habitantes y 60 millones son no nacidos en Europa. El propio sistema se autorregula y absorbe la mano de obra que le falta de la emigración, pero esto no quiere decir que todos los emigrantes sean absorbidos.
Aquí inventamos la democracia, los derechos humanos y hasta las revoluciones para defenderlos. El arte occidental y el cristianismo sociológico que informan medio mundo, son nacidas en Europa. Europa es el tarro de las esencias, para entendernos, y hay que cuidarlo.
En ningún lugar del mundo se vive como en Europa: en toda la UE, cualquier ciudadano tiene sanidad y educación gratuitas; es comprensible que millones de personas de otras partes del mundo quieran venir. Pero… la política de dejar pasar a todos es infantil, poco seria y problemática y provoca efecto llamada.
La estrategia del buenismo, pobrecitos migrantes, tiene efecto llamada.
Las acciones de acogida (médicos, sanitarios, hoteles, medicinas) producen efecto llamada.
En Europa la cifra espeluznante es que de los 60 millones de habitantes no nacidos en Europa, 44 millones no tienen trabajo y 6 millones son estudiantes. Es decir, que los inmigrantes que aportan algo son, en realidad, 10 millones y, si los estudiantes culminan y se quedan, 6 millones más de inmigrantes integrados. Es decir, tenemos 44 millones de inmigrantes deambulando de aquí para allá, sin oficio ni beneficio, subvencionados y sin esperanza. ¿Es racista decir que son una bomba de relojería? Seguro que sí, racista y facha. La cosa es que la tasa de paro promedio de UE es de 7,3% y 44 millones son más del 9,5% de la población europea.
El problema de inmigración no es tal, en realidad. Es una cuestión de orden y fuerza. Los wokies hacen hincapié en la personalización del inmigrante, Mira, pobre chico, las que ha pasado para llegar a Europa, mírale que pena da. Y, claro, caso a caso, todos son espeluznantes. Pero no menos espeluznantes son, tomadas individualmente, las historias de cada europeo en paro. Quiero decir que todos tenemos que afrontar nuestras vidas y sus problemas, pero que al fin nadie te va a sacar las castañas del fuego… salvo si eres negro o aceitunado. En tal caso, tendrás subvenciones para muchas cosas.
En la web del ministerio de migraciones se especifica que cualquier inmigrante, legal o ilegal, tiene derecho a los siguientes servicios oficiales:
- * Alojamiento y manutención.
- * Ropa, zapatos, un neceser y un botiquín.
- * Atención médica y sanitaria.
- * Atención psicológica especializada.
- * Información sobre los recursos públicos a los que tiene acceso (subvenciones, ayudas, otros).
- * Clases de español y alfabetización.
- * Servicio de traslados.
- * Servicio de Acogida Permanente.
- * Servicios de acogida de emergencia.
Esto para cualquiera que entre ilegalmente a Europa vía España. Si además el inmigrante tiene una enfermedad, una discapacidad, edad avanzada, es mujer con niño o embarazada, padece una enfermedad mental o un trastorno psíquico, tiene derecho a otras prestaciones complementarias (está todo en la web del Ministerio). Es fácilmente comprensible que para muchos africanos sea como la lotería: el efecto llamada es obvio, inmediato e irresistible.
— Oiga es que en sus países no tienen de, carecen de, les falta de. Pobreeeees.
Sí, pero es que Europa no es una ONG, ni un campamento de experimentación y no nos cabe mucha más gente, especialmente si no vienen a aportar nada. Quiero decir que una mujer analfabeta que viene embarazada y con otro churumbel de la mano no va a aportar nada. Quiero decir que un viejo masai de 64 años no va a aportar nada. Quiero decir que cientos de jóvenes analfabetos funcionales, sin interés por integrarse en Europa y aceptar nuestra forma de vida como es, no van a aportar nada y acabarán en los Lavapiés de nuestras ciudades menudeando marihuana.
Según Eurostat, Europa necesita 400.000 inmigrantes/año para su mercado laboral. Dado que los oficios a que se dedican son Hostelería, Trabajo doméstico, Construcción y cuidado de personas está claro que lo que se busca es gente de veinte a cuarenta años más o menos.
Europa debe reforzar sus fronteras, negociar con los países exportadores de emigrantes y devolver, deportar, expatriar a los que lleguen ilegalmente. No es maldad ni fascismo, es sólo sentido común y autoprotección.