Las semanas son como son y la que ha concluido nos ha ofrecido de todo: desde la resaca de los indultos a futuras mesas de negociación, en las que, por cierto, solo su calenturienta mente puede sospechar que se hable de otra cosa que no sea la concordia. Cosas en fin, para sesudos análisis.
Pero hoy es viernes y como llevan más viernes con el cronista que con Morata, sabrán que el jefe de la Clicktertulia, Don Juan Ignacio Ocaña, nos tiene dicho que no les demos el fin de semana con cosas sesudas.
Los CEO de la radio aceptan, incluso han prometido pasearnos en indonesio Tuk Tuk, en alarde de generosidad (lo de la prima lo están mirando, dicen).
No seré, pues, sesudo, pero a ver si consigo explicárselo sin alterarme: ha sido una semana memorable.
El ministro de Universidades quiere que ustedes no aprueben, es cosa de ricos dice.
El ministro de fomento quiere que los órganos de control externo de los dineros públicos no controlen el dinero público, en Cataluña, eso sí. Es poner piedras en el camino, dice.
La ministra de Igualdad lleva la autodeterminación al sexo e inventa la inseguridad jurídica en el registro civil. La biología no es un dato, sostiene, quizá porque es de las que suspendía, porque aprobar es cosa de ricos.
El ministro de las pensiones no quiere pagar pensiones. Dice que trabajen ustedes más.
El ministro de las Administraciones Públicas sostiene que es una tontería lo del título constitucional que fija el estado nación.
Sánchez dice que no vale lo que ya dijo antes que valía.
Los sindicatos no protestan por la penalización de las pensiones anticipadas o por alejar la edad de jubilación, eso de hacer huelgas como la del 85, era cosa de viejos izquierdistas. Dicen que gobiernan los suyos y gobiernan fetén.
Los gobernantes de Baleares quieren que vaya usted de vacaciones, pero eso sí: si van, igual les encierran en un hotel.
El delantero centro ha decidido que lo suyo no es marcar goles, sino correr como pollo desbocado.
El cómico jefe de todos los cómicos, ha decidido hacer de ventrílocuo de sí mismo y hacerse traficante.
Qué tiempos, señores y señoras: ¡Qué tiempos! La decadencia es peor de lo que nos temíamos.
Ha llegado el momento en que nadie quiere hacer aquello para lo que ha sido elegido. Eso sí, ustedes deben obedecer, en nombre de la concordia, los impuestos y la Constitución.
A ustedes les daba por aprobar sus exámenes: ¿era por su autoestima, porque sus padres o madres se mosqueaban si suspendían? No; señoras y señores míos, no. El ministro de Universidades les ha descubierto; ustedes le hacían la pelota a los poderosos.
Por eso, a partir de ahora, nada de suspender a nadie. Por otro lado, para qué quieren ustedes un buen currículum académico, si van a trabajar de camareros y tendrán una pensión mínima, recortadita, eso sí. Tonterías de ricos.
En qué momento hemos decidido que la ignorancia es liberadora y el conocimiento sospechoso, reaccionario y hasta franquista, es un misterio que esto gobierno nos aclarará, con su eficacia habitual, en cuanto resuelva el asunto de la concordia, con un par de referendos, que nunca, pero nunca, convocará.
Por si poco faltara, la señora Ayuso, lideresa donde las haya, ha decidido que Madrid puede con todo: incluso con enseñarnos el español, me refiero al idioma.
Y ha encontrado a la persona idónea: Toni Cantó: nada como un cómico para fijar el esplendor de la lengua y limpiarla de esos toques raperos tan de moda. Es que los académicos y el Instituto Cervantes son todos unos rojillos peligrosos y nada como un chiringuito fetén y un cómico para arreglar el asunto.
Para redondear, la semana, la Organización Mundial de la salud, dice que los vacunados y vacunadas no deberíamos quitarnos las mascarillas. Grandes los expertos y expertas, muy grandes, sepan que andan reflexionando en que número de ola estamos.
O sea, mis queridos y queridas de nuevo enmascarados, váyanse de vacaciones, tendrán menos información y sufrirán menos.
- https://peregrinomundo1.webnode.es/l/la-decadencia-es-peor-de-lo-que-nos-temiamos/