La intransigencia de Rivera enfrenta a Sánchez con Iglesias y rompe cualquier posibilidad de pacto de izquierdas

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Todo parece indicar que el 26 de junio habrá nuevas elecciones generales, pero mientras tanto, la ‘pinza’ entre Pedro Sánchez y Albert Rivera, el hombre por el que apuesta el IBEX, ha llevado a Pablo Iglesias a un callejón sin salida y a tener que enfrentarse con las contradicciones internas de Podemos. “El inmovilismo es la situación en la que nos encontramos”, ha asegurado el líder podemita tras la reunión –más bien el desacuerdo anunciado- que escenificaron en la tarde del jueves los equipos negociadores de Podemos, por un lado, y del tándem PSOE y Ciudadanos por otro. El propio Iglesias ha resumido la situación de una forma muy gráfica: “El Partido Socialista está con el pasaporte secuestrado en el país de Ciudadanos”.

Dicen entre las bases de Podemos que ‘los del IBEX 35 están que se salen de contentos’. Cariacontecido, acompañado de las caras largas de su equipo, incluyendo a su número dos, Iñigo Errejón, que apenas sí cabía en su propio cuerpo, Pablo Iglesias anunció que entre el 14 y el 16 de abril consultará a sus bases sobre si apoyan un gobierno entre PSOE y Ciudadanos que desprecia expresamente a la fuerzas de la izquierda o si prefieren seguir intentando un gobierno de progreso al estilo del que ya opera en la Comunidad Valenciana. Los resultados se darán a conocer el 18 de abril, lo que determinará finalmente si se convocan o no nuevas elecciones generales.

Las preguntas son simples: una, si apoyan un gobierno basado en el pacto entre el PSOE y Ciudadanos, donde Podemos sería el convidado de piedra sin posibilidad siquiera de entrar en ese gobierno, o, dos, si se decantan por un gobierno de progreso al estilo del de Valencia y sin el partido de Albert Rivera. Tanto Iglesias como Errejón y el respeto de la dirección podemita votarán por la segunda pregunta, pero avisan que si las bases se decantaran por la primera respuesta “asumiríamos nuestras responsabilidades políticas”, eufemismo con el Pablo Iglesias quiso escenificar que dimitiría de su cargo y quedaría como simple militante de base.

Nadie duda, por tanto, sobre cuál será la respuesta de las bases, dado que todo lo que está ocurriendo con estas negociaciones capitaneadas por el dúo de moda, Sánchez-Rivera, no son más que un preámbulo para poner en marcha el reloj electoral tras una larga precampaña personal de al menos cuatro meses, que son los que Sánchez necesitaba para afianzarse en su propio partido, retrasar el congreso federal y ser candidato socialista a la presidencia en los próximos comicios.

Para estas negociaciones cada uno ha obtenido sus propios réditos, pero parece que la ‘pinza’ entre socialistas y los neoliberales de Ciudadanos ha dado el fruto de enfrentar a Iglesias con sus propias contradicciones. El líder podemita, con una cara demasiado larga, tanto o más como la que tenía Errejón en un discreto segundísimo plano tras el atril, compareció este viernes en rueda de prensa para hacer más de plañidera que de la posición un tanto chulesca a la que nos tenía acostumbrados.

En definitiva, y de forma directa, ha acusado al PSOE de estar secuestrado por Rivera y a Sánchez y su alter ego parlamentario Antonio Hernando, en particular, de practicar un inmovilismo insoportable. Como resumen de la reunión negociadora del jueves, Iglesias sólo acertó a decir de una forma muy gráfica: “A Podemos le dijeron que ‘no’ a todo”, lo que explica que la ‘pinza’ ha funcionado y que los podemitas quedan fuera de cualquier tipo de acuerdo, amén, claro está, de que quedan también excluidos de cualquier gobierno que pudieran pactar Rivera-Sánchez.

Las conversaciones, según dos arremangados Iglesias-Errejón continuarán mientras se pregunta a las bases de Podemos, pero parece claro sólo se trata de una pose hasta que se dé el pistoletazo de salida de la campaña electoral. Pero, mientras tanto, que Sánchez se guarde sus propias espaldas porque los podemitas no están dispuestos a dejarse manipular –y mucho menos a dejarse ‘volar’, en términos figurados y de forma electoral- en este periodo de precampaña: su reunión ‘secreta’ con el PSC –el ‘socio’ catalán del PSOE- traerá mucha más cola que la que hasta ahora se ha visto. El propio Iglesias ha confirmado que con el dirigente socialista catalán Miquel Iceta ha hablado de grandes temas, que no ha querido precisar “por respeto a mi interlocutor”. Puede que a los ‘históricos’ del PSOE –Felipe González, Corcuera, Barrionuevo, Leguina, etc.- les salgan sarpullidos de sólo pensar en Podemos, pero ¿ocurre igual en todas las federaciones, y sobre todo en toda la militancia?

La respuesta de Hernando: “Sorpresa e indignación”

“Hemos constatado con sorpresa e indignación que el documento que el señor Iglesias nos presentó no lo respetan ni ellos”, fue la respuesta del portavoz parlamentario socialista, Antonio Hernando, que ponía como ejemplo las propuestas 19 y 20, sobre el derecho a decidir y la formación de gobierno. “El señor Iglesias no estaba negociando el acuerdo”, dijo Hernando en una rueda de prensa-respuesta a que Iglesias mantuvo unos minutos antes.

“Se le va viendo cada vez más el plumero al señor Iglesias”, dijo Hernando, poniendo cara de bueno-sorprendido-en-su-buena-fe por los podemitas. “Lo único que se ha movido Iglesias en estas semanas es que ha pasado de la cal viva a regalar un libro de baloncesto: hoy Iglesias y Podemos han cerrado la puerta al cambio que tanto desean millones de españoles”, dijo finalmente el portavoz parlamentario del PSOE.

 

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