Los dirigentes de Podemos, con el trío Iglesias-Errejón-Echenique a la cabeza, confían en que en las elecciones generales a las que parece que estamos abocados para el 26 de junio, una coalición entre Podemos y los restos de Izquierda Unida podrían superar en escaños al Partido Socialista. Son cálculos tan superoptimistas que resultan escasamente creíbles, pero la estrategia electoral podemita a partir de ahora -tras los resultados del referéndum interno sobre el pacto con PSOE y Ciudadanos- va a pasar por denunciar el ‘giro derechizador hacia la gosse koalition’ del equipo de Pedro Sánchez tras los próximos comicios.
Así lo han dado a entender a El Satiricón dirigentes de Podemos, quienes aseguran que se están corrigendo los ‘errores en comunicación’ en que los podemitas habrían incurrido a lo largo de estos meses de (no)negociación con el PSOE, unos errores que habrían llevado a que una buena parte de la ciudadanía “pueda creer que los culpables de que no haya un gobierno de izquierdas a la valenciana somos los dirigentes de Podemos, cuando la realidad es que el PSOE ya había pactado con la derecha, es decir, con Ciudadanos, un gobierno netamente conservador, esperando que nosotros nos abstuviéramos y les diéramos un voto en blanco”.
Dentro de este análisis, dirigentes de Podemos desgranan de esta forma a El Satiricón la deriva habida en los últimos cuatro meses, tras las elecciones del 20-D:
“Primero, los dirigentes del PSOE no nos llamaron inicialmente a la negociación a los de Podemos, dando a entender que no les interesaba un gobierno de izquierdas; segundo, tras el pacto por el que se nombró presidente del Congreso al socialista y exlehendakari Patxi López, todo pareció indicar que el PSOE estaba negociando la grosse koalition a tres bandas, con Ciudadanos y el Partido Popular, sin bien con la variante de intentar desalojar a Rajoy como candidato a la Presidencia del Gobierno, pero aceptando otro candidato del PP; tercero: el PSOE utilizó formas rupturistas cuando no aceptó la formación de grupos parlamentarios para las Mareas y nos mando a todos los diputados de Podemos al ‘gallinero’ [escaños superiores] del Congreso, y cuarto: firmaron un pacto reaccionario con Ciudadanos que excluía expresamente a Podemos”.
Con esa visión, los citados dirigentes de Podemos reconocen ahora que “quizás” tuvieron una “actuación sobredimensionada” cuando exigieron la Vicepresidencia y la mitad de los ministerios del gobierno, aunque se trataba de “un órdago que podíamos ganar o perder, pero que debía marcar el inicio de una negociación”. En este caso, sin embargo, en Podemos creen que no hubo tal negociación porque el PSOE no quiso y jugó con ellos sólo con el fin de que Pedro Sánchez pudiera asentarse como el líder interno frente a las pretensiones de otros barones socialistas, o de la tigresa andaluza, Susana Díaz.
Reconocen estos medios, no obstante, que hasta ahora “hemos perdido la batalla de la comunicación externa”, pero dicen que han ganado en la interna y que ahora, después de los resultados del referéndum entre las bases sobre el pacto con el PSOE y Ciudadanos –pacto rechazado por la inmensa mayoría de militantes y simpatizantes de Podemos que entre el 14 y el 16 de abril han votado a favor de un gobierno de izquierdas a la valenciana-, la estrategia comunicativa va a ser muy distinta: “Vamos a hacer ver que Pedro Sánchez es la persona que ha sustentado de verdad al gobierno de Rajoy”.
La precampaña electoral, por tanto, parecer haber empezado ya y en Podemos se preparan para algo realmente increíble: batir electoralmente al PSOE; es decir, conseguir más diputados que Sánchez. Ése es el objetivo que se plantean ahora Iglesias-Errejón-Echenique, pero olvidan los problemas internos que les están surgiendo en todas las comunidades, empezando por Cataluña y Comunidad Valenciana, que amenazan con convertir a esta amalgama de fuerzas en una gran tea como las de la nit del foc. Incluso, algunas voces podemitas se muestran ya muy críticas con la posición altanera de Pablo Iglesias. Pero no hay peligro: todo parece indicar que se va a proceder a un cierre de filas con miras electorales.