Pedro Sánchez ha hecho suya la ‘hoja de ruta’ negociada por Rodríguez Zapatero con Ajuria Enea y con ETA para que la banda terrorista se disolviera definitivamente en mayo de 2018. Esa ‘hoja de ruta’ -nunca admitida públicamente- prevé la salida escalonada de los presos etarras de la cárcel en un tiempo máximo de 10 años, dependiendo del número de crímenes cometidos. Pero, al mismo tiempo, se traspasa la política penitenciaria al Gobierno vasco para que aplique las medidas que considere oportunas para aliviar la situación de los presos. Esa ‘hoja de ruta’ viene acompañada de acciones de filoetarras para ‘blanquear’ los 854 asesinatos de ETA en 50 años de terror y que no se investiguen los que aún quedan pendientes de resolución.
Efectivamente, según medios socialistas, la transferencias de prisiones al Gobierno vasco de Ajuria Enea que Pedro Sánchez ha decidido traspasar junto a otras 32 trasferencias pendientes, forma parte de la ‘hoja de ruta’ que pactó el gobierno de Rodríguez Zapatero con el gobierno vasco y con ETA en cuanto ésta se disolviera. Por esa razón, ETA anunció en enero de 2011 el alto el fuego “permanente, general y verificable” y en octubre de ese mismo año, un mes antes de que Zapatero perdiera las elecciones generales, el cese definitivo de su actividad armada.
Según confirman ahora medios socialistas, en la ‘hoja de ruta’ pactada en secreto entre el Gobierno de Rodríguez Zapatero, el gobierno vasco del socialista Patxi López, el PNV, el PSOE, el mundo de Batasuna y ETA figuraba una salida para todos los presos de la organización terrorista, para lo que se transferiría la política penitenciaria al Gobierno vasco. Algo que siempre reclamó el sucesor de Patxi López en Ajuria Enea, el peneuvista Íñigo Urkullu, que también estuvo en las negociaciones de paz, pero que no cumplió exactamente Mariano Rajoy cuando sucedió a Rodríguez Zapatero en la Moncloa.
Ahora, el PSOE sigue la ‘hoja de ruta’ de Zapatero y ya hay elaborada una lista para que, cuando la política penitenciaria pase de forma efectiva a Ajuria Enea, presos de ETA puedan empezar a disfrutar de beneficios penitenciarios.
‘Blanqueando’ los asesinatos de ETA
Pero, según fuentes de las asociaciones de víctimas del terrorismo, entremezclada con esa ‘hoja de ruta’ se inscribe la política permitida desde el Gobierno del Estado y el autonómico de jalear a los etarras que vuelven a sus lugares de origen. Es decir, que además de trasmitir un mensaje de apoyo, se construye con falsas justificaciones un discurso de blanqueo de su actividad de quienes durante más de 50 años “se han ejercitado como crueles asesinos de inocentes”, según el Observatorio de la Radicalización.
En ese sentido, los datos elaborados por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) en el País Vasco resultan realmente estremecedores: se deduce que ETA ha perdido la ‘guerra’, pero ha ganado la ‘paz adoctrinadora’: el Observatorio de la Radicalización ha contabilizado en 2018 un total de 196 actos de homenaje a terroristas, frente a los 63 detectados el año anterior: “Se han multiplicado por tres en un año, lo que pone de manifiesto la estrategia que persigue el entorno etarra al jalear a los etarras que vuelven a sus lugares de origen. Es decir, además de trasmitir un mensaje de apoyo, supone construir con falsas justificaciones un discurso de blanqueo de su actividad de quienes, durante más de 50 años, se han ejercitado como crueles asesinos de inocentes”, señala el informe.
“La letra pequeña” y el control penitenciario
Además, en el informe “La letra pequeña”, elaborado por la Oficina de Maite Pagazaurtundúa en el Parlamento Europeo, en su apartado sobre los homenajes se recoge una frase significativa del batasuno Pernando Barrena que explica lo que está ocurriendo ahora mismo en Euskadi: “Los que hoy son considerados terroristas, puede que mañana no lo sean, todo depende de quién gane la batalla política”.
Se afirma en ese informe que “Los recibimientos a miembros de ETA que han sido excarcelados son un claro síntoma de anormalidad democrática. En ningún pueblo se recibe con aplausos a un violador, a alguien que ha estafado o extorsionado o que ha cometido numerosos asesinatos. Ahora hay quien dice que no son homenajes. Lo son. Tienen contenido político, tienen identidad corporativa. Hay aurreskus de honor y niños”. Pero es que, además, “los recibimientos sólo se realizan a miembros de la banda terrorista ETA que no han expresado arrepentimiento”.
En el capítulo relativo a los presos, el informe de Pagazaurtundúa recoge una afirmación reciente de la batasuna Jone Goirizelaia que ha dicho que “(El traspaso de la competencia en prisiones es una) prioridad porque se pueden dar grandes cambios. No queremos la transferencia para seguir haciendo lo que hace Madrid, sino para llevar a cabo cambios importantes para los derechos de las personas en prisión”.
Uno de los ejes de la política de EH Bildu desde su legalización es actuar como lobistas de los presos por terrorismo de ETA. Así, según el Observatorio de la Radicalización, “la política de blanqueamiento del pasado está relacionada con la búsqueda de impunidad relativa para los presos que han ejercido el terrorismo. Desean la competencia de prisiones para la comunidad autónoma, en manos del PNV”. Y ofrecen otra clave más: “Necesitan la desactivación de la vía Nanclares que exige asunción del daño hacia las víctimas para acceder a ciertos beneficios penitenciarios”.