Así ‘cocina’ el Ministerio del Interior las estadísticas de criminalidad: de varios delitos en una manzana de casas, sólo contabiliza uno

Entre las cifras de infracciones penales que ofrece el Ministerio del Interior y los datos globales de la Jurisdicción penal contenidos en la Memoria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) hay un desfase de nada menos que de 1.186.893 delitos que no aparecen en el Ministerio que dirige Grande-Marlaska. Al menos, ésa la diferencia de la criminalidad referida al año 2017, último de los auditados por ambas instituciones, desfase que se viene produciendo a lo largo de los años. Esa enorme diferencia obliga a pensar que Interior sigue ‘cocinando’ los datos de la criminalidad en España, al igual que hace Tezanos con el CIS. Así lo aseguran medios policiales que conocen perfectamente estas prácticas de Interior.

Según la Memoria anual 2018 (correspondiente al ejercicio 2017) del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en 2017 tuvieron entrada en los distintos órganos judiciales un total de 3.232.678 asuntos penales de diferente índole. Sin embargo, en el Anuario Estadístico del Ministerio del Interior referido a ese mismo año, sólo se contabilizaron en la policía 2.045.785 “Infracciones Penales”, lo que deja un margen inexplicable de 1.186.893 delitos que no fueron contabilizados en ese Ministerio.

Es cierto que el Anuario Estadístico de Interior sólo recoge las actuaciones de la Policía Nacional y Guardia Civil, por lo que no aparecen los delitos cometidos en Cataluña y en Euskadi, donde tienen jurisdicción sus respectivas policías autonómicas, Mossos d’Esquadra y Ertzaintza. Pero aún así, la diferencia entre la estadística del Ministerio que ahora preside Fernando Grande-Marlaska y el Consejo General del Poder Judicial presidido por Carlos Lesmes es tan abismal, que indica que se siguen produciendo en la Policía los mismos maquillajes que se denunciaron hace años, según hemos podido comprobar en medios policiales solventes.

La figura del comisario “Lenin”

Da la casualidad, además, que el hombre elegido por Grande-Marlaska en julio de 2018 para dirigir el Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad, el comisario José Antonio Rodríguez González, alias “Lenin”, es un ‘mago’ de la estadística, que ya puso sus conocimientos ‘mágicos’ para ‘cocinar’ las estadísticas del Ministerio del Interior dirigido sucesivamente por Alfredo Pérez Rubalcaba y el sucesor de éste, Antonio Camacho.

El comisario Rodríguez González es conocido por su adscripción ideológica al Partido Socialista, de la que le vino el apelativo de ‘Lenin’ ya en sus tiempos de militancia en el Sindicato Unificado de Policía (SUP), antes de 2006, año en el que llegó Rubalcaba a Interior. Hasta entonces, “Lenin” había formado parte de la cúpula del SUP, desde la que, curiosamente, denunció las prácticas de ‘maquillaje’ de las cifras de los delitos e infracciones penales que se cometían entonces en España.

Sin embargo, parece que esas prácticas de ‘cocinar’ las estadísticas al estilo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dirigido por José Félix Tezanos siguieron durante la etapa de “Lenin” en el Ministerio del Interior. Y ahora, “Lenin” fue el elegido por Grande-Marlaska para llevar el área que elabora esas estadísticas, para lo que fue cesado el coronel de la Guardia Civil Juan Hernández Mosquera.

Con esa decisión, y otras de índole parecida, Grande-Marlaska consiguió desatar la guerra entre los dos cuerpos policiales; tanto, que guardias civiles denunciaron este verano pasado la maniobra de la cúpula de Interior de relegarles de un puesto clave como la dirección del Gabinete de Coordinación y Estudios -siempre ocupado por un oficial de la Guardia Civil- para nombrar a un “comisario político”, mientras policías nacionales censuraban el “gesto de deslealtad” que suponían esas declaraciones.

Cómo se ‘cocinan’ las estadísticas en la Policía

El comisario Rodríguez González “Lenin” es, por tanto, quien más sabe de esas prácticas de ‘cocina’. Y, según medios policiales, el maquillaje de la estadística en el Ministerio del Interior sigue siendo ahora con Grande-Marlaska la misma que fue en la etapa del PP con Juan Ignacio Zoido y su antecesor, Jorge Fernández Díaz.

Según los citados medios policiales, conocedores de esas prácticas de ‘cocina’, hay diferentes formas de maquillar las estadísticas, tales como las siguientes:

– Los ladrones entran en un garaje donde hay un numerosos coches y roban en 27 automóviles, por ejemplo. Les rompen el cristal y roban en su interior. Para hacer la estadística se aplica el criterio de que, como es en el mismo edificio, se computa sólo un delito, no los 27 delitos que habría que computar.

– Se producen tres robos en una zona más o menos próxima. En este caso se aplica un criterio que denominan el “hecho continuado”, según el cual se supone que los robos los ha cometido sólo una persona y, por lo tanto, se apunta un solo delito en la estadística policial, y no tres como sería lo lógico.

– Antiguamente, los partes de lesiones de fin de semana en toda España rondaban el millar debido a peleas, navajazos, botellazos u otras causas. En la actualidad, esas peleas y lesiones pueden rondar las 2.000 ó 2.500 en los fines de semana. Esos partes iban antes a la Comisaría. Sin embargo, hubo una orden de la Fiscalía General del Estado para que fueran directamente a los juzgados. Como resultado, esos delitos de lesiones por peleas, etcétera, desaparecieron de las estadísticas oficiales del Ministerio del Interior.

Por eso hay una gran diferencia entre las memorias de la Fiscalía General del Estado, del Consejo General del Poder Judicial y de la Dirección General de la Policía. De hecho, siempre se observa que hay muchos más delitos en las memorias judiciales que en las de la Policía por razones como ésta que se acaba de explicar. Si esos partes podían llegar a ser de unos 5.000 o más al mes, al año conformaban una cifra de unos 60.000 delitos de robos o lesiones contabilizados de menos en la estadística policial.

El caso de la ODAC

Por otro lado, fuentes policiales insisten en que desde hace muchos años en el Ministerio del Interior hay una estrategia de dificultar que la gente presente denuncias en las oficinas de denuncia, la famosa Oficina de Atención al Ciudadano (ODAC). El servicio del 091 y la ODAC son los que más atienden a las urgencias de los ciudadanos. Pues, según nuestras fuentes, tanto un servicio como el otro, el 091 y la ODAC, están bajo mínimos de personal; un personal, además, que estaría siendo el peor tratado en toda la Policía, lo cual desmoraliza.

Nuestras fuentes policiales insisten en que, hasta ahora, en el 091, por ejemplo, cada mes se quedaban miles de llamadas sin atender, algo que sería conocido por los mandos y que habría estado ocurriendo en muchas plantillas de España, sobre todo por escasez de medios y de personal. Pero eso significa, de hecho, que si una persona llama para denunciar un hecho no muy grave, sencillamente no la atienden. Así, la Policía se evita hacer una minuta constando un posible hecho delictivo menor, por lo que no figura en la estadística.

En la ODAC ocurriría algo similar: estarían poniendo todo tipo de trabas a los ciudadanos antes de formular una denuncia. Por ejemplo, el siguiente caso real que ocurrió en una Comisaría española: alguien va a denunciar que le han robado la batería del coche y el policía de la ODAC le dice que tiene que llevar el coche allí para tomarle las huellas. Esa persona se queda extrañada y le dice al policía que si le han quitado la batería cómo quiere que lleve el coche hasta la Comisaría. Finalmente, ante las dificultades para su realización, la denuncia no se formaliza y, por tanto, no sube a la estadística.

Otro ejemplo. En otra Comisaría va un hombre a denunciar que le han quitado un maletín que contenía diversos objetos, pero, como era sábado, le dicen que vuelva el lunes. El hombre, harto, no vuelve y no pone la denuncia. Es decir, que, según nuestras fuentes, para este tipo de delitos menores las instrucciones habrían venido siendo de poner todo tipo de trabas para que haya menos denuncias. Ahora bien, en estos casos no sería solo para rebajar las estadísticas, sino para que a final de año paguen más productividad. “El sistema es perverso”, dicen nuestras fuentes, “porque si hay menos denuncias y más delitos esclarecidos pagan más productividad”.

Las incidencias en el 091

Por lo que respecta al servicio del 091 ocurre algo parecido. Puede ser que alguien llame denunciando que están robando un coche en una calle y que le respondan que espere, porque no hay coches en la zona. Pero puede ocurrir que algunas manzanas más allá haya tres coches de policía identificando a gente y no se les pase la llamada.

En este caso se trata de los Grupos Operativos de Respuesta (GOR) o de la Unidad de Prevención y Respuesta (UPR). Esos grupos, que hace muchos años estaban para atender a las llamadas de los ciudadanos, ahora están para identificar. Si pillan a uno con dos papelinas, por ejemplo, eso que se apuntan: hacen la minuta, le quitan la droga y le pueden meter una multa de 600 euros.

Como resultado de todo, influye también la paga de productividad a final de año: en función de los resultados que haya habido en cada distrito hay una paga, que puede ser desde cero euros por una productividad nula al 25 o al 50% o al 100% de la paga. Depende. Es lo que se llama productividad a final de año.

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