Sin noticias (4): se vienen conciertos clandestinos
He llegado hasta aquí dando un rodeo, paso dos veces por la puerta del local, vigilando mi espalda, vuelvo a la puerta entornada, libre de sospecha, entro raudo. Es bueno haber aprendido esto con 17 años. No, no es una Iglesia. El colega de la esquina me hace un gesto cómplice: ambos estamos en el…