Pedrito me escribe y la Montero grita: «Españoles, nuestro Caudillo… ¡Ha vuelto!”
Ha sido como un vahído, como una turbación tenebrosa, como un vuelco repentino en el corazón que me ha devuelto a oscuros tiempos pretéritos. Viendo en directo en Televisiónespañoladelpuñorosa lo que ocurría en la calle Ferraz, en Madrid, se me ha aparecido como un ectoplasma la escena en blanco y negro de Carlos Arias Navarro…