Tiempos sin héroes

Bruce Springsteen, todavía enfadado con la guerra de Irak, llegó a escribir: “necesitaban héroes y los fabricaron”. (Springsteen, B. 2007. Devil´s Arcade. Magic. Columbia Records). El cantante de los viejos héroes de la clase obrera americana, que ya no existe, nos canta canciones sobre un tipo de afanosos obreros (obreras, entonces, había pocas) que ya no volverán. En realidad, Trump está expulsando a quienes hacían su trabajo (inmigrantes), mientras los aranceles no devolverán aquellas viejas fábricas.

Ésta es la cuestión, los héroes de América son, hoy, los oligarcas y su Gobierno, Y, para qué engañarse, el mundo se ha contaminado de prácticas similares.

Este puente era antaño día de héroes. A los viejos héroes de la clase obrera, les seguían los que se levantaron ante la ocupación francesa. Hoy, las manifestaciones son a favor del Gobierno y el Gobierno solo quiere desfiles para sí mismos.

Ni siquiera somos capaces de fabricar héroes. Son los ciudadanos y ciudadanas quienes asumen, casi siempre, las acciones solidarias, quienes se buscan la vida entre las tribulaciones que nos caen. ¿Hubo alguna vez pueblos en los que sus enemigos fueran sus líderes? Seguro que se les ocurre alguno.

El estado del bienestar prometió sustituir a los héroes por el servicio público. Pero esa maquinaria, a base de recortes, lesionada, envejecida, trufada de nepotismo, falta de experiencia en modernas habilidades y sufriendo la herida del abandono en no pocos sectores, ha dejado de cumplir su promesa. Un país, en el que, al parecer, los corifeos cantan solo a un héroe, está perdido.

Los cortejos sindicales no reivindican. Sorprendentemente, repiten las consignas del Gobierno y demandan lo que el gobierno pretende aprobar. La brecha generacional y la desaparición de sectores que históricamente animaron la lucha obrera han convertido a los sindicatos en una maquinaria de negociación de mínimos, cuando no en un simple grupo de presión, absolutamente desideologizado.

Como la afiliación, se dice, es individual, los sindicatos no ofrecen datos de afiliación por sectores económicos: nos llevaríamos una sorpresa. No es casualidad que en CCOO los compañeros de la “constru” se afilien a un sitio de finísimo nombre: “Hábitat”. Los compañeros del metal se apuntan a un sitio llamado “industria”.

No es modernización. Es ahorrar costes y, también, mantener la presencia sindical en lugares absolutamente desincalizados. La muy notable huelga de hostelería, por CCOO convocada contra la patronal, reveló el déficit afiliativo y de influencia en uno de los sectores determinantes ya de la economía española. De UGT para qué hablar.

Los héroes a los que habitualmente saludamos o no tienen derecho a sindicalizarse o lo hacen en sindicatos corporativos (militares, guardias civiles, bomberos, etcétera…). Pero al Gobierno no le gusta que los héroes desfilen y, menos aún, ante señoras de derechas.

Tanto mover la memoria para una de las epopeyas patrias, una vez que las fiestas de moros y cristianos han pasado a ser reputadas de inconvenientes, sea devaluada. No es memoria vengativa: es simplemente historia que solo se conoce si se conmemora.

“Vivimos días oscuros”, nunca mejor dicho, se dice en uno de los libros de Harry Potter, según la asesora de Magia de este blog. Tan oscuros que, si existen, los héroes son invisibles. Los héroes no son las bases de las pirámides corporativas, sino sus jefes.

El mal de Paiporta atacó al Gran Hombre, mientras los héroes construían puentes y se embarraban. Los líderes sindicales se reúnen en notables espacios, mientras en no pocas comarcas, casi vaciadas de clase obrera, animosos sindicalistas siguen convocando elecciones en pequeñas y medianas empresas, como se dice “a puerta gayola” (o sea, donde no hay afiliación ni secciones sindicales), sin que se sepa que un jefe sindical haya pasado a mirar cómo se firma un acta electoral.

Ayuso, al parecer, no puede presidir un desfile de soldados (las soldadas son otra cosa), a pesar de ser parte del Estado. No puede porque el jefe es el que “más ordena”. No es el pueblo (Grándola Vila Morena, que no he tenido tiempo de hablarles del 25 de abril). Se desfila ante quien manda, y ya saben de quién depende todo.

Estos son tiempos sin héroes. Si desaparece el compromiso de quienes debían ser ejemplares, para qué ponerse a salvar la patria.

Sí, soy pesimista: los días de exaltación de los héroes pasaron, ahora son vacaciones, llueve, se desprecia la memoria, tantas veces nombrada.

¡Viva la clase obrera! (si queda). Vivan los héroes del 2 de Mayo (si no es racismo o belicismo).

 

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