“Defensores” de la libertad de expresión

Rita Maestre, hija del ascendido en el Ayuntamiento de Madrid. Foto: Tv.

Rita Maestre, hija del ascendido en el Ayuntamiento de Madrid. Foto: Tv.

El derecho de los titiriteros madrileños a ser unos descerebrados y hasta soeces es discutible, como todo, e incluso defendible. El ofender y agredir a los demás, aunque sea verbalmente, y enaltecer la comisión de delitos ya es otro cantar. Aun así, hay que agradecer el que haya gente que se esfuerce en defender la libertad de expresión hasta de los más miserables. Chapeau. Pero resulta sospechosísimo que quienes la defiendan sean precisamente los liberticidas, es decir, aquellos a quienes sólo les preocupa la libre difusión de su credo mientras impiden la libertad de expresión de los que no opinan como ellos.

Me refiero, por ejemplo, a Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento de Madrid (que pagó el espectáculo de títeres incriminado) y que va a ser juzgada por su asalto a la capilla de la Universidad Complutense madrileña. Para ella, la impunidad de los titiriteros debe ser total, mientras que la religiosidad de otros (sólo de los cristianos, por supuesto) debe ser rigurosamente perseguida.

Persecución, también, es lo que ha hecho históricamente Ada Colau, hoy alcaldesa de Barcelona y condescendiente con el espectáculo de guiñol de marras, quien practicó el escrache (acoso) a las sedes de aquellos partidos políticos con cuyo pensamiento no concuerda.

¿Es esa doblez coherente con la deseable libertad de expresión? ¿O se trata, más bien, de un hipócrita doble rasero para justificar las tropelías de los propios mientras se reprime todo pensamiento de los que disienten del suyo?

Elevando el listón, otro tanto deberíamos decir de prohombres como Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, defensores, dicen, de los sin voz, que impidieron personalmente, en cambio, una conferencia de Rosa Díez en la universidad en la que profesaban.

Con semejantes defensores de la libertad de expresión, al margen de las legítimas ideas que tenga cada cual, me temo que los derechos individuales y colectivos de los hombres y mujeres de este país lamentablemente acabarán por tener muy poco recorrido.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Time limit is exhausted. Please reload CAPTCHA.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.