El año 2017 fue el del gran auge de las solicitudes de protección internacional en España: se registraron nada menos que 27.670 solicitudes solo en ese año. Desde 2015, la cifra es de 60.000, unos números que muestran que, por segundo año consecutivo, España ha tenido cifras récord de solicitudes de protección internacional, lo que confirma que se consolida como un país de asilo al recibir cada vez más solicitudes de personas que buscan adquirir protección. Son unos datos que desmontan la falacia populista de Podemos y de IU, que acusan al Estado de ser insensible con el dolor de los refugiados por conflictos bélicos.
Según los datos del Ministerio del Interior a los que hemos tenido acceso, el número de solicitudes de protección internacional que ha recibido España en los últimos años no ha hecho sino duplicarse: en el año 2015 fue exactamente de 14.887; a lo largo de 2016 recibió 16.544 solicitudes de protección internacional, y en 2017 se batió el récord con 27.670 solicitudes, lo que muestra que en sólo tres años casi 60.000 personas han pedido -y en muchos casos obtenido- la protección española.
Estos datos casan mal con las acusaciones populistas de Podemos y de IU sobre que los españoles no tenemos corazón y ‘pasamos’ de los refugiados: son unas cifras reales que muestran que, por segundo año consecutivo, España ha tenido cifras récord de solicitudes de protección internacional, lo que demuestra que nuestro país se consolida como un país de asilo.
Es verdad que, respecto al número de solicitudes cuya tramitación se ha concluido desde enero de 2015 hasta la fecha, Interior no puede ofrecer cifras finales porque no se pueden contabilizar anualmente, ya que existen expedientes cuyo inicio pudo ser el año anterior y se resolviese en el siguiente. Esto es así porque la tramitación es individualizada y cada expediente precisa de un tiempo en relación con las particularidades de cada caso: unos se resuelven antes, pero otros son más complicados que requieren mucho más tiempo.
También es cierto que no existe un cálculo sobre el tiempo medio de resolución de expedientes de solicitud de protección internacional, puesto que depende de factores diversos, tales como el grado de detalle proporcionado en la entrevista personal que se hace al peticionario, o la complejidad de cada supuesto en relación con las circunstancias personales del solicitante.
En ese sentido, medios de Interior reconocen a este periódico que cada caso exige un análisis diferenciado, a pesar de que la resolución de este tipo de expedientes, dada la situación de absoluta indefensión de los solicitantes, se prioriza al máximo posible. No obstante, parece que ha corrido la voz de que España es un país proclive a ofrecer protección internacional a refugiados, lo que explicaría el altísimo número de peticiones que llegaron en 2017, y además de países muy distintos y lejanos.
Así, según los datos a los que ha tenido acceso este periódico, para mayor vergüenza del dúo podemita Pablo Iglesias-Irene Montero, que siguen apoyando la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, son los nacionales de este país en conflicto los que llegan de forma masiva a España: 9.082 peticiones de protección internacional sólo en 2017. Del Irán de los ayatollah, otro de los países que han ‘alimentado’ al partido de Pablo Iglesias, se registraron ese año 58 peticiones.
De los países en conflicto, Siria, claro está, se lleva la palma, desmontando también la falacia podemita de que España es insensible a los refugiados sirios: sólo en 2017 se registraron 3.842 peticiones, el triple que de palestinos, quienes en ese año pidieron asilo en España un total de 1.008.
Pero no son las únicas zonas en conflicto cuyos migrantes acuden a España buscando protección; por ejemplo, el año pasado se recibieron 2.103 peticiones de ucranianos, un país que, como se sabe, es muy inestable y se halla en una guerra encubierta con Rusia. También hubo peticiones de 990 argelinos que huyen de los horrores de su país y que se decidieron por España en vez de Francia, que fue la potencia que controló Argelia hasta su independencia en 1962.
Dentro de los países sudamericanos, Colombia se lleva la palma, con 2.152 peticiones, seguido de El Salvador, con 1.020, y Honduras, con 830. Y en lo referente al África Subsahariana, parece que España empieza a ser uno de los codiciados destinos para los refugiados de esos países, con cifras que van desde los 703 de Camerún, a los 303 de Costa de Marfil, pasando por los 148 de Eritrea, los 282 de Gambia, los 386 de Guinea, los 253 de Nigeria o los 445 marroquíes, ya en el Magreb.