El dolor de los oligarcas en la “economía del culo lamido”

El Imperio se dispara en el pie. Mientras los mercados financieros mundiales no aprecian su ingenio, el presidente Donald Trump, sostiene que él solo receta medicinas. De la tal medicina surge una pregunta inquietante: ¿En qué se parecen un oligarca, un “retardado”, un “ensamblador” y un “indepe”? Fácil, sea lo que sea que cueste la fiesta la va a pagar usted.

Donald, que en el Covid propuso inyectar lejía en los pulmones, tiene de los aranceles la misma idea que de medicina: impuestos al consumo para parar la maquinaria. Vean en que poco tiempo hemos pasado del “salario púbico” a la “economía del culo lamido”. La ciencia elegante se apodera de nosotros y nosotras.

Porque Donald ha declarado que tiene al mundo “besándole el culo”. Tan fino y tan presidencial él que parece la vicepresidenta Montero.

En fin. Como es bien sabido, el pueblo estadounidense tiene una gran tolerancia al dolor. Ojalá alguna de sus generosas empresas multimillonarias pudiera idear algún tipo de epidemia de opioides financieros para mitigar las agonías que se avecinan.

La “pandi” de oligarcas riquísimos, famosillos y blanquitos que reían las “tontadicas” de Trump en su nominación ha desaparecido, están viendo cómo volver a llenar su hucha.

El más afamado de ellos es Elon Musk, Con un patrimonio neto de 380 mil millones de dólares, ha sufrido una caída de 104 mil millones de dólares. Solo Tesla (su compañía de coches eléctricos) ha perdido un 44% de su valor desde la toma de posesión de Trump. Apple perdió anoche el cartel de empresa más valiosa del mundo y así sucesivamente.

Mientras se pasó el fin de semana conspirando a ver si evitaba el desastre, Elon llamaba “retardado” al secretario de comercio que, a su vez, le retiraba la condición de fabricante para colocarle la insultante etiqueta de “ensamblador”, dado que, al parecer, el Tesla es un “lego” que se trae piezas de países innombrables.

Aprovechando el lío que se llevan entre ellos, los “indepes” catalanes han hecho lo que mejor saben hacer los “indepes” catalanes en tiempos de turbación: robarles a los españoles.

Afirman que se quedarán el 25% de las ayudas que prepara el gobierno español. Acuerdo tomado mientras el ministro de economía negociaba con el responsable del asunto del PP, dos señores educados –que se han librado de la Montero, de los Montero de Hacienda, pero que han sido traicionados por los “mediadores” ignotos de la Moncloa-.

Aun así, mientras el mundo arde, tenemos que centrar nuestras emociones baratas donde podamos. ¿Quién es tu multimillonario favorito, vergonzosamente desilusionado, partidario de Trump?

Mi más recomendado para esta semana es Bill Ackman, el máximo responsable de los fondos de cobertura, quien el pasado julio apoyó públicamente a Trump, declarando con grandilocuencia: “Les aseguro que he tomado esta decisión con cuidado, racionalidad y basándome en la mayor cantidad de datos empíricos posible”.

Es el mismo Bill que el domingo declaró que Trump estaba lanzando una “guerra nuclear económica contra todos los países del mundo” y que nos encaminábamos a un “invierno nuclear económico autoinducido”. Según Bill, “esto no es por lo que votamos”. Ay, Dios mío. Bill, nunca lees la letra pequeña.

Esto les está sucediendo a los miembros de esa clase especial de grandes hombres (mujeres no hay) defensores de Trump que piensan en el Imperio Romano a diario. Por ejemplo, el primer amigo del presidente, Elon Musk, quien se ha negado a decir nada explícito sobre aranceles, prefiriendo publicar un vídeo de Milton Friedman (conservador, republicano y derechosísimo) desacreditando la idea misma de los impuestos comerciales

Hablando de amigos que brillan por su ausencia, ¿qué pasó con el “trumpista” local español, el señor Abascal? ¿Ya no nos va a defender de la cosa? Sepan que yo debía renovar mi teléfono móvil y me he comprado uno chino: me espiarán, le contarán a Pedro que chismorreo sobre él (y su amada, claro), pero que le den al Iphone.

Pero mostremos empatía. Mientras entramos en pánico no ignoremos el insoportable dolor de los oligarcas. Acudamos a salvarlos una vez más, alicatemos las cuevas de Ali Babá donde se acomodan junto a los “indepes” y mandemos a nuestros y nuestras vástagos a estudiar un master sobre “la economía del culo lamido”.

Preparémonos para vender Canarias a China, Pedro nos lo pide, él lo necesita, ¡Europa, tiembla!: “Xi Pedlo” viene de oriente cargado de maravillas.

 

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