El Gobierno se prepara para una ‘guerra híbrida’: contra el terrorismo yihadista y contra el ciberterrorismo alentado por países como Rusia

Atentado yihadista en Niza en la noche del 14 de julio de 2016 que ha provocado 84 muertos. Foto: TV.

España se está preparando para una guerra híbrida que podría desatar el terrorismo islamista, por un lado, y agentes de otros países, como Rusia con su apoyo en las redes sociales al progolpismo catalán, por otro. En el primero de los casos, el Gobierno tiene prevista la activación de un Plan de contingencia para que las Fuerzas Armadas puedan apoyar a las Fuerzas de Seguridad y al CNI en la lucha contra el terrorismo yihadista. Por otro, para luchar contra las fake news o noticias falsas, se han reforzado las unidades especiales contra la ciberdelincuencia. Aunque seguimos en nivel 4 antiterrorista, se está a la espera de nuevos datos para lanzar el nivel 5, que contempla la intervención del Ejército en puntos clave.

Nuestra amenaza terrorista ‘autóctona’, ETA, ya no existe, salvo alguna previsible escisión que quedaría inmediatamente neutralizada, pero ahora el Gobierno ha centrado todos sus recursos para luchar contra las dos grandes amenazas para el mundo actual, la llamada ‘guerra híbrida’: contra el yihadismo criminal y contra las fake news que desatan países como Rusia y animan a movimientos progolpistas como en Cataluña.

En el primero de los casos, fuentes de la lucha antiterrorista admiten a este periódico que la intervención de las Fuerzas Armadas sólo se contempla en el máximo nivel de intensidad del Plan; es decir, en el nivel 5. Pero ahora mismo nos hallamos en el nivel 4 de alerta y bastaría un simple dato objetivo más para que el Ejército comience a custodiar edificios esenciales. Es decir, que el protocolo está prácticamente activado y el Ejército estaría custodiando las calles en pocas horas después de subirse un grado el nivel.

Esos niveles de intensidad están contenidos en el Plan de Prevención y Protección Antiterrorista y son acordados por el Secretario de Estado de Seguridad, tomando en consideración las evaluaciones de las amenazas realizadas de acuerdo con procedimientos reglados en el seno del referido Plan por los diferentes órganos superiores y directivos de los Departamentos afectados.

Aunque parece un sistema un tanto lento, no lo es, porque, según nos cuentan las citadas fuentes, el Gobierno tiene ya prevista la activación de un Plan de contingencia para que las Fuerzas Armadas puedan apoyar a los Cuerpos de Seguridad y otros organismos de la Administración del Estado. Este Plan prevé la activación y despliegue de una serie de unidades capaces de proporcionar vigilancia y protección física a las infraestructuras que se determinen. Comprende desde pelotones hasta compañías, principalmente del Ejército de Tierra y de la Armada (Infantería de Marina), en función de la necesidad de personal y medios para cada infraestructura, desplegados en dispositivos exteriores de Seguridad, ya sean estáticos o dinámicos.

Según nuestras fuentes, dependiendo del número, entidad y ubicación de las infraestructuras a proteger, el Plan permite ampliar casi automáticamente la cantidad de unidades militares implicadas para cubrir los requerimientos de Seguridad en apoyo a las fuerzas policiales.

En ese sentido, las Fuerzas Armadas tienen ya dispuesto el material necesario para efectuar la vigilancia adecuada de todo tipo de infraestructuras, incluidos puertos y aeropuertos, con unidades adiestradas en tareas de vigilancia y protección. Lo mejor de todo es que estas unidades están dotadas de vehículos y dispositivos optrónicos de localización, detección, identificación y clasificación de posibles riesgos y amenazas a la seguridad de estas instalaciones, así como de helicópteros para el reconocimiento y vigilancia aérea.

El ciberterrorismo de las fake news

Sin embargo, aún con ser muy importante la amenaza yihadista, no lo son menos las amenazas en el campo de la ciberseguridad, que son las que, acaso, temen más los gobiernos de la Unión Europea. El último problema grave detectado ha sido la inestimable ayuda prestada por agentes rusos a la causa del golpismo catalán. Se están analizando las relaciones entre la gente próxima al progolpista y prófugo de la justicia Carles Puigdemont y determinados agentes que, desde Rusia, han propagado multitud de noticias falsas para desestabilizar la Unión Europea a través de la desestabilización de España.

Hace apenas unos días se organizó en el Senado una conferencia bajo el título “Guerra Híbrida, nuevas Amenazas” en la que quedó clara la preocupación en este terreno del gobierno español, que no cesa de implementar la Estrategia Nacional de Ciberseguridad en el campo de la inteligencia.

En ese sentido, este periódico ha podido conocer que el Gobierno prevé un aumento presupuestario en Defensa, y de forma especial en todo lo relacionado con la Ciberseguridad. De hecho, parte de ese presupuesto se va a destinar -según nuestras fuentes- a la cooperación con el sector privado en este campo, para frenar todos los ataques que se producen desde una estrategia global de Rusia para desestabilizar no sólo a España, sino también a Estados Unidos, como ya ha ocurrido con la elección de Donald Trump como presidente norteamericano, o años atrás a Grecia.

Desde el Gobierno español se ha pedido a la Unión Europea incrementar la capacidad de proyección de fuerza de los Estados integrantes, pero al mismo tiempo se está dotando a nuestros propios servicios de información de nuevas capacidades y herramientas para hacer frente a amenazas como la ciberdelincuncia, el ciberterrorismo, el ciberespacionaje o los ciberataques provenientes de terceros estados.

La preocupación del CNI, por ejemplo, pero también de los servicios de información de Policía y Guardia Civil, se centra en las campañas de desinformación, las denominadas fake news o noticias falsas y la manipulación de las opiniones públicas occidentales a través de las redes sociales. “Constituye una de las principales amenazas actuales a nuestras democracias y a nuestra seguridad”, dicen nuestras fuentes, que recuerdan no sólo los casos de Trump, en Estados Unidos, o Cataluña, en España, o también de Grecia en su crisis de 2015 con la UE, sino también en el caso del Brexit, para propiciar la salida de Gran Bretaña de la Unión y desestabilizar el mercado europeo.

 

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