Felipe Alcaraz deshace con «Eclipse Rojo» el pecio de IU y relata el hundimiento de los ‘podemitas’ de Iglesias y Errejón

«Eclipse Rojo», la nueva novela del escritor y político Felipe Alcaraz, da un paso más respecto a las crónicas de la gran crisis de su anterior trilogía. Con este libro, la complejidad del momento político para la izqueirda es retratado como novela, género que puede describir mejor el presente con protagonistas como los podemitas Pablo Iglesias e Iñigo Errejón y los izquierdaunidenses Alberto Garzón y Antonio Maíllo. Una novela que anticipa el proceso de destrucción que vive la izquierda en España.

Los personajes de «Eclipse Rojo», la nueva novela política – «nivola«, que diría Unamuno– de Felipe Alcaraz, apuestan por un nuevo proceso constituyente, pero no terminan de acertar a la hora de concretar el instrumento para hacerlo posible, que no puede ser otro que la unidad popular.

En su novela, los personajes fundamentales, ficticios, son los que crean el terreno y el tono donde se mueven los personajes reales, desde Pablo Iglesias a Cayo Lara, desde Alberto Garzón a Julio Anguita. Hay otro personaje que le da cuerda a ese reloj que adelanta: Manuel Monereo. Y presidiéndolo todo, el eclipse: es decir, la ruptura con la ola de indignación que supuso el 15M y el alejamiento de los combates de clase y la movilización social. Es decir, que para Alcaraz todo se ha estancado y la partida se juega en el terreno electoral porque alguien -no sabemos quién, pero lo intuimos- ha apagado las luces.

La agonía histórica entre restauración o ruptura

La novela retrata fielmente lo que nos estamos jugando en estos momentos en España: quién organiza los próximos 30 años y, a la vez, el futuro mismo de la izquierda transformadora; es decir, el espacio a la izquierda del PSOE).

En esta historia que trae causa del 15M se pasa de la posibilidad de asaltar los cielos por parte de Podemos, y su líder imparable Pablo Iglesias, a un panorama tristón que parece anunciar la pérdida de una oportunidad histórica. Se enfrían los procesos de unidad popular, que habían tenido un fuerte impulso en las municipales del 24M y Podemos, que ha situado toda la batalla en el terreno electoral con la obsesión de ganar, cambia el impulso constituyente por hambre de centro, de centralidad en el seno de lo que hay, no para cambiarlo, sino para crear una opción ganadora a través de una hegemonía popular frente a la casta y a lo viejo.

En realidad, Alcaraz relata que nos encontramos ante un tetrapartido-centralidad o una especie de bipartidismo por duplicado. De ahí que los personajes reales proceden, sobre todo, de Podemos y de IU, aunque se dé vida a un personaje ficticio que estructura el texto, Elías Lerchundi.

Los personajes

– Pablo Iglesias, «Play«, como lo llamaban en las Juventudes Comunistas (le das al play y empieza el discurso, sin dudas, sin paradas; y siempre Pablo dedicado/obsesionado por la comunicación, es decir, el poder de la comunicación, más que el poder político. En Juego de Tronos, su Biblia, se dice: el poder es un truco, una sombra, y un hombre muy pequeño puede proyectar una sombra muy grande).

Aparece el viaje al centro de él, desde asaltar los cielos hasta ganarse la respetabilidad de la mayoría, sin cambiarla: el regalo al Rey o los aplausos al papa Francisco. El viaje desde Marx a Laclau. La necesidad de acabar con la «mochila», pesada, y el cadáver político, del PCE y de IU. Iglesias dice y hace: cenizos, seguid con vuestras banderas rojas, con vuestros principios que no sirven para ganar; cambia los principios por los finales, y el final siempre es lo mismo: hacer lo que sea para ganar, representando la conciencia media, el sentido común medio, incluso aunque no sea de izquierdas; fuera la izquierda y la memoria de la lucha. «Llevo la derrota en el ADN; estoy hasta los mismísimos de perder». Creen que IU y el PCE se han instalado en el balneario acomodaticio de los principios.

Iñigo Errejón. La teoría del viaje al centro la marca Errejón, que al final es el que más influye, ya que Pablo, al dejar el marxismo, se queda vacío, con las patas en el aire. Es una versión del concepto de hegemonía de Gramsci, deglutido, en su más ínfima versión; se dice en la novela en plan crítico: «Podemos es Gramsci en el supermercado». Lo de Errejón es Gramsci amalgamado con Perón por Laclau en una sede bonaerense.

Errejón, que procedía de círculos anarquistas (anticomunista férreo) hizo la tesis sobre Laclau. Un personaje del PP (que tiene una constitución en una caja fuerte), le dice a otro: «Errejón es la pieza que se comerá a Pablo Iglesias». Y también: Pablo Iglesias puede acabar comiéndose a Alberto Garzón.

Juan Carlos Monedero. La primera víctima y la declaración de fuerza por parte de Errejón que le rechaza, con el apoyo de la Descansa, un programa de reformas fuertes. Monedero, que no se atreverá a hablar si se le fuerza antes de las elecciones, ya ha dicho cosas: Podemos ha tenido miedo, se ha dejado atrás su irreverencia, es un error que valgan más 10 minutos en TV que 10.000 militantes, existen generales mediocres que son seducidos por aquellos (lo hacían los EE.UU) que te van a desplazar, etc., etc.

J.C.M. ya está fuera de la ejecutiva. Pablo, que da explicaciones infantiles, a veces de tebeo, dice que los intelectuales tienen que volar (como Juan Salvador Gaviota). El miedo y la centralidad las ha marcado Errejón, incluso más que Pablo. Pero todos juegan ya en este terreno amalgamado. En un grupo de WhatsApp bromean los tres y otros (Bescansa, Alegre…): somos el Real Madrid y el Atlético colchonero, somos el oso y el madroño, somos el exilio y el reino, somos Pasionaria y Sarita Montiel, somos Fermín Salvochea y José María Pemán.

Es lógico que no pueda entonces haber acuerdos con IU-PCE, a las que se le exige dejar la mochila y, más allá, desaparecer. Solo algunos dirigentes serían fichados por ellos, como Garzón.

Alberto Garzón. Ha sido criticado hasta el límite por los suyos, como presunto traidor, pero resiste. Sabe que está en el eclipse, pero que de los eclipses se sale, a condición de ir a las dolorosas causas, que han impedido el crecimiento de IU y la han llevado a un callejón sin salida; y a condición de que no te saquen del eclipse aquellos que te han metido en él.

Para Alcaraz, Garzón no es un producto de esos errores, contra los que siempre ha luchado, como expresará con su comedimiento habitual en un libro que acaba de publicar. Garzón no acepta ser parte de la fase anterior, en que IU, reducida a ser un partido clásico, no ha sabido leer el momento por:

  • 1) No se analizó lo que significaba, como síntoma el 15M, y como motor de un nuevo bloque social constituyente;
  • y 2) IU, cuando tuvo la oportunidad de crecer, con los grupos que junto a IU analizaban la estrategia de las europeas, se negó a formar, con nuevos métodos, una lista diferente. Ahí nace Podemos, con Pablo cabalgando la ola de cambio.

Lerchundi. Un héroe del 15M, un «quincemayista» que se forjó en la calle y que ahora no puede superar su nuevo malestar ante lo que está ocurriendo, no acepta convertirse en una especie de símbolo en Podemos. Respeta la «mochila» de algunos dirigentes de IU, pero tampoco acepta organizarse en esa IU seca. Terminará mal.

Otros personajes reales: Julio Anguita, Cayo Lara, Centella, (pocos del PP y ninguno del PSOE), Manolo Monereo

Tres personajes ficticios crean la estructura y el ambiente constituyente de la calle: Lerchundi, Casto y Elvira

Otros personajes «colectivos», que dialogan a su modo en la novela: La calle Argumosa, el mercadillo de la calle Feria de Sevilla, El Congreso de los Diputados, el barrio alto de Sanlúcar de Barrameda…

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