El Supremo confirma que Zapatero no indultó a Alfredo Sáenz por cohecho: debió hacerlo por amor

¿De qué se ríe, de qué se ríe el expresidente?

¿De qué se ríe, de qué se ríe el expresidente?

El Tribunal Supremo ha archivado la querella interpuesta por el partido político Soberanía contra el expresidente del Gobierno y consejero de Estado, José Luis Rodríguez Zapatero, por un delito de cohecho en relación con la concesión del indulto a Alfredo Sáenz, exconsejero delegado del Banco Santander.

La Sala Segunda señala que los hechos recogidos en la querella, que vincula el indulto otorgado a Alfredo Sáenz con la concesión por parte del Banco Santander de un préstamo al PSOE y de otro personal al expresidente del Gobierno, no son constitutivos de delito (sic).

De acuerdo con el criterio del fiscal, el Supremo afirma que la vinculación directa entre la concesión del préstamo al PSOE y la concesión del indulto, o entre la denunciada condonación de la deuda del PSOE por parte del banco y la prerrogativa de gracia, «no parece factible por cuestión de fechas». Asimismo, indica que el querellante no aporta ningún dato indicativo de que al expresidente del Gobierno se le haya perdonado el préstamo personal.

En su auto, el magistrado ponente, Alberto Jorge Barreiro, explica que los hechos denunciados y los recogidos en otra querella anterior del mismo partido, que fue inadmitida y archivada el 9 de octubre de 2012 por la misma Sala, son sustancialmente los mismos, como admite el querellante, que, consciente de ello, los califica penalmente bajo un tipo delictivo diferente al de la primera querella. Entonces, según los jueces, imputaba al expresidente del gobierno un delito de prevaricación y ahora, en la segunda, le atribuye un delito de cohecho.

La Sala de lo Penal concluye que toda la argumentación en que el partido Soberanía sustenta la procedencia de abrir un nuevo proceso penal, por unos hechos que ya fueron examinados y archivados por esta Sala, carece de una base razonable al apoyarse en una interpretación errónea del auto de archivo de la primera querella (sic).

Vamos, en definitiva y hablando en castellano: que el susodicho Zapatero no indultó al (entonces) todopoderoso Sáenz por los préstamos al PSOE y personales, o la condonación de los que ya tenían los socialistas, sino que debió de hacerlo por amor, o algo similar. Manda eggs, que diría Trillo.

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