La comprensión geométrica, la verdad y el triángulo irradiador

Tenemos un problema de comprensión geométrica en la Moncloa. No es original, por una vez. Probablemente, los “cabezas de huevo” de Sánchez hicieron la EGB. Mal de muchos. Un triángulo son tres vértices -perdonen la pedantería, yo no hice la EGB- y, como todo polígono, tiene un apotema, o sea, cuatro puntos notables (Cerdán, Ábalos, Koldo y Aldama el apotema y patrocinador de la amada del enamorado).

Vale, aceptamos triángulo tóxico como conmilitones de compañía. Pero vamos a contar vértices, compañeros del socialismo realmente existente. Más que un triángulo tóxico, como corresponde a un PSOE podemizado, estamos hablando de un “triángulo irradiador”.

Quiero decir, si sumamos a los citados a Leire, la amada y el hermanísimo, es otro triángulo. Si añadimos al aforado exprés y los dos amigos de Alegría cesados, ya son tres triángulos. Añadamos al propio de Montero, al muchacho de Marlaska y a un señor de Andalucía y ya sumamos cuatro.

Así, sin hacer la lista completa ni la que se espera (no hablaremos porque solo son rumores de algún notable cargo del Estado, algún ministro y alguna conexión regional mensajeándose con el gran camarada grabador). Casi tenemos una circunferencia y caminamos hacia una elipse. Hay tanta gente como en la sala de las manos quemadas. Se siente, esto de “perimetrar” antes de tiempo es lo que tiene.

No solo tenemos un problema de comprensión geométrica, también tenemos un problema de comprensión de la verdad.

La asesora de magia de este blog me pasa una notable cita de Dumbledore (mentor de Harry Potter): “La verdad es algo hermoso y terrible, y por lo tanto debe ser tratada con precaución”. O sea, puede ocultarse, sabiendo que la consecuencia serán tiempos oscuros y la presencia del innombrable. Una excelente parábola de los días que vivimos.

Algunos han interpretado la cita. Al fin y al cabo, Dumbledore, a pesar de su precaución, prefería “la verdad a la mentira”. Pero en estos días, para que engañarnos, lo que proponen los “cabezas de huevo” de la Moncloa es que “solo se diga la verdad en caso de emergencia”.

Esta misma semana la periodista y amiga –fíjense si es amiga que ni la grabo, solo la escucho con su permiso- Esther Ruiz (Ruiz, E – 2025, 17 de junio. A contraluz -emisión de radio-. Onda Cero. Madrid) nos advertía de que el problema es, en realidad, “acostumbrarse a la mentira”.

Y ésta es parte de la oscuridad en la que vivimos todos y todas, y muy especialmente, los militantes del socialismo realmente existente y de la izquierda de verdad verdadera.

En las dos apariciones del secretario general del PSOE, la tétrica y la agresiva, se han colado absurdos mensajes. Solo hablaré de los políticos. No me creo ni en su ignorancia, ni su decepción personal, pero eso es cosa mía y no de ustedes.

Ha afirmado que no va a dejar que gobierne la derecha, convocando elecciones. Lo que es una contradicción, si los progresistas somos mayoría, a qué temer. Lo que quiere decir, y ésta es la gran mentira, es que debemos tolerar la corrupción para que no vengan el PP y Vox.

Se reduce la corrupción al triángulo tóxico. Como se ha dicho, se falsean las cuentas. Pero lo que es peor, dos secretarios de organización imputados, un sistema de contratación bajo sospecha, cientos de manos quemadas hasta la víspera del gran ruido, una gerente dudosa, militantes despreciados y despreciadas, cultura de falseamientos de las decisiones partidarias.

Ominoso silencio de partido. Nadie conoce a nadie. Leire la mafiosa, chicas necesitadas utilizadas, empresas pantalla ocultadas, dineros en Dominicana. Sospechas crecientes sobre los emblemas del nuevo socialismo realmente existente.

Éste es el panorama al que se nos enfrenta al personal de izquierda. Al que deben sumarse las habituales trolas de los aliados. Déjense de especulaciones y reflexiones teóricas: nos hablan de buitrear a un gobierno débil. Siempre las coaliciones suponen mercadeo. Pero el nivel alcanzado está fuera de cualquier mercado.

A la paloma blanca de la esperanza traicionada por Iglesias se la da una higa lo que pase, si ella recupera un votillo. A la cosa “indepe” y vasca ni hace falta preguntarles. La mitad de la izquierda de verdad verdadera (Podemos, Compromís, BNG, Chunta) no son partidarios, Izquierda Unida, no se sabe, no contesta, Bildu… Bildu quiere Navarra y mira de reojo las lágrimas de Chivite, ella mira de reojo a su tío.

Todo es imposible. Los aliados tumban la reforma penal, no habrá presupuestos, probablemente, tampoco, reducción de jornada. Gobierno en coma, ha dictaminado Puigdemont, ese prócer ahora con su interlocutor favorito camino de los tribunales. Los del “tres per cent”, que eran más del tres, sacan pechito.

Déjenme hablarles de la utilidad de la izquierda. Sí; necesitamos igualdad, fraternidad, solidaridad y lo que es de todos –lo público-. La gran mentira de los “cabezas de huevo”, del innombrable y de la “pandi” de izquierda de verdad verdadera es que la corrupción sea tolerable para que eso sea posible. Todo mentira, no la compren, hagan caso a Esther Ruiz.

https://peregrinomundo1.webnode.es/l/la-comprension-geometrica-la-verdad-y-el-triangulo-irradiador/

 

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