Lobato, un notario y el guardia civil

Dice en público el teniente general que se ocupa de la inteligencia –sí, les parecerá un oxímoron, tras escucharle- que necesitamos gente como Aldama que “resuelva cosas que nosotros no podemos resolver”. No sé si la cita la aprendió de Roldán, el venal exdirector general del Cuerpo, o de los inventores de la “policía política”, aunque éstos eran más de “la fiscalía te lo apaña” (no, no son los de ahora, son los de antes).

Y tras afirmar tal cosa, el jefe de los espías estampó medalla en el cuerpo del espía y “presunto delincuente”. ¿Qué fue de aquellas condecoraciones discretas en oscuros despachos a topos, infiltrados, espías y agentes dobles?

Nada; en el mundo en el que todo se cuenta, “esa persona” (así lo describió Sánchez) es un condecorado del Gobierno. Es lo que pasa cuando los servicios secretos que la democracia necesita para asegurarse se alquilan a la iniciativa privada. Luego hablarán ustedes mal de Sir Drake, el pirata alquilado por Inglaterra para fastidiar a los españoles. Como Aldama, él fue condecorado y se enriqueció.

Que Aldama “resolvía” cosas lo sabían, por lo menos, Ábalos y Koldo, los bolivarianos, Hidalgo y tantos otros (quizá “Ella”, también). Desde luego, unos banqueros de Republica Dominicana. Y si Aldama cantó bien, siete ministros y un secretario de organización del PSOE y un Jefe de Gabinete de Hacienda andan bajo la mirada escrutadora de la UCO y la fiscalía anticorrupción.

Quien le iba a decir a Aldama que Lobato concurriría con él a un “la fiscalía te lo apaña”.

Aquí ya hemos comentado que la izquierda no quiere gobernar Madrid y que a Lobato le quedaban dos días. Pero lo que no era esperable es que el secretario de los socialistas madrileños decidiera su suicidio político.

No acierto a ordenar qué es más patético: si llevar a un notario los guasap de una compañera de partido –es decir, protegerse de un ilícito que él detectaba o, peor aún, guardarse documento público para chantajear su supervivencia política- o el periplo de desmentidos que Lobato lleva todo el día haciendo. Por mucho que haya pactado con la Moncloa convertir en bulo el titular de ABC para conservar el cargo, creer que salvará su cabeza política es ilusorio.

No hay militante que vote a un secretario general que lleve al notario los mensajes de un conmilitón. Créanme, anunciar tú irás a la cárcel, pero yo me libro, no es muy elegante para pedir a nadie que te acompañe a una trinchera, que es de lo que va elegir un líder. Así son las reglas de la política organizada.

Y bajo el sólido manto de todo: la Fiscalía General del Estado.

El único fiscal general del estado imputado en nuestra democracia ha urdido, según todas las apariencias, o sea, presuntamente, dicen otros de la Guardia Civil “de forma preeminente”, una trama para erosionar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, utilizando el escaso crédito de su novio.

Hoy, la presidenta de Madrid, que ya despachó a Gabilondo, ve partir a Lobato y dejar tocado a otro filtrador, el jefe de la “asesora” de Lobato, y ahora ministro y aspirante a sucesor en la secretaría socialista madrileña, Oscar López. Un dos por uno. Denle tiempo a los listos de la Moncloa y se hace un triple.

El novio de la señora Ayuso, presuntamente, faltó a la legalidad como cualquier defraudador. ¿De verdad creen ustedes qué hacía falta propinarle tan grosera patada a la democracia, desde un servicio público como la fiscalía?

La “fiscalía te lo apaña” es la cara B de otra famosa frase acuñada por el líder del socialismo realmente existente: ¿De quién depende la Fiscalía General del Estado? Respuesta: del Estado… pues eso.

Es con el emponzoñamiento de la política mediante estas artes como crecen los populismos. Así lo aprendió en sus carnes el que organizó la “policía política”, sufrió el referéndum catalán y demás “cositas”. Éste es el penoso fondo de este asunto: el desapego de la política, de nuestras instituciones y de nuestra democracia que resulta y que hiere a la mayoría, incluido el personal de izquierda, con excepción de los fanáticos.

Todo puede ser usado, hasta los notarios.

Hagamos recuento. En una esquina, hay un presunto, Aldama presumo, enfrente hay un notario, por eso, está Lobato, con su asesora y un ministro exjefe de la asesora. Hay un secretario de organización, también. Y un fiscal del Estado y un guardia civil. Un exministro bien avenido con una amiga y el portero de la discoteca, los tres presuntos, con unos banqueros de Dominicana, esperan a siete ministros por Aldama citados. Y hay un hermano y está “Ella” también… Yo echo de menos un cura que bendiga.

¿Seguro que Ayuso no lo ha financiado? Lamentablemente, no. El socialismo realmente existente se apaña solo para organizar la taberna y con ello han abofeteado a las gentes de la izquierda, hartos de tanto ruido y poco gobierno. ¡Qué gran Congreso Búlgaro se nos viene!

 

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