La pareja populista de moda, Pablo Iglesias-Irene Montero, conocidos como ‘los Kirchner de España’ y aconsejados por sus fieles con absoluto poder de control interno, han puesto en marcha un plebiscito -que podría ser amañanado- para defenderse de las críticas feroces que reciben en las redes sociales y blindar sus privilegios en la estructura controlada del actual Podemos. Los ‘niños de papá’ que controlan el aparato podemita han cerrado filas con los novios Iglesias-Montero para que todo quede en familia. Sin embargo, el chalé de lujo de los ‘Kirchner de España’ ha incendiado las redes sociales con memes especialmente ingeniosos, que mostramos en Extraconfidencial.com. Podemos acelera su ruptura.
La megalomanía de Pablo Iglesias y de su novia Irene Montero no tiene límites y, tras la compra de un chalé de superlujo en la madrileña localidad de Galapagar, han utilizado el último recurso que tienen los dictadores: un plebiscito para mantenerse en el poder al estilo de los que hacía Franco. Así se lo han aconsejado su fieles del ‘núcleo duro’ podemita, que temen que una caída de estos nuevos ‘Kirchner de España’ les arrastre a ellos mismos, desde el internamente odiado Pablo Echenique hasta el especulador con viviendas de VPO Ramón Espinar.
Iglesias y Montero quieren mantenerse en el poder como sea, aunque han descubierto con horror que su megalomanía global, y específicamente la imagen de ‘nuevos ricos’ que están dando con su superchalé de superlujo -615.000 euros del ala-, les está afectando en la poca credibilidad que les quedaba.
Los ingeniosos montajes que aparecen en las redes sociales -no siempre colocadas por enemigos políticos, sino más bien por votantes podemitas- han minado su imagen de tal manera que sólo les queda la vía de un plebicisto, pero al estilo de Franco, o al estilo búlgaro, si se prefiere; es decir, controlado, que no haya posibilidad de perderlo. Ellos y sus mariachis del núcleo duro saben cómo hacerlo.
Pero la pareja ha tocado fondo. Las imágenes del chalé, que llevan días apareciendo como un tsunami en las redes sociales, arrecian y cada día que pasa el escaso nivel de prestigio que les quedaba a estos nuevos Kirchner se derrumba aún más. Pero el problema es que con su credibilidad se derrumba también la idea de izquierda: Podemos empieza a verse como la izquierda inútil para la clase trabajadora,: Muchos de los que les votaron piensan que se ha convertido en un instrumento inválido para la defensa de los trabajadores y un elemento fundamental en el apuntalamiento del capitalismo. Las imágenes del chalé ayudan mucho a consolidar estas ideas.
Podemos, la amalgama de los ‘niños de papá’
Podemos surgió con dos ideas fuerza: el cambio y la política de la identidad. Pero quienes se han hecho con el poder podemita son una nueva generación cuya ambición es el ‘cambio para mí mismo’, que se consigue con la ambición de desplazar del poder a la generación anterior. Pero eso ni es nuevo ni tiene nada que ver con el progreso de la clase trabajadora.
Un análisis en profundidad de Podemos desde el punto de vista sociológico revela que, en realidad, la podemía es el partido de la pequeña burguesía de grandes ciudades y en su mayoría con estudios universitarios. No es la clase social que más ha sufrido la crisis, porque ellos, desde Iglesias a Montero pasando por Errejón, Bescansa o Ramón Espinar, son los hijos de la burguesía que no están acostumbrados a pasarlo mal, y que además se creen el centro del universo.
En definitiva, que conforman una clase burguesa profundamente egoísta y elitista. Como piensan algunos, su única conexión con la clase obrera real es el intento de usarla como fuerza de choque para tratar de avanzar en la defensa de sus propios intereses de clase, los cuáles nada tienen que ver con los de los trabajadores.
Empezando por los ‘Kirchner de España’, la abrumadora mayoría de los dirigentes y cuadros medios de Podemos proceden de la clase media y media-alta. Buscan su propia ascenso social, lo que les lleva a las luchas a muerte que hemos visto en los últimos meses a cuenta de quién detenta el poder en el partido. Sus referencias a la clase trabajadora son meramente retóricas, y sus intereses no tienen en nada que ver con ella.
Pero las críticas internas se suceden y algunos de los críticos, que creían realmente que se podría luchar contra el sistema y no servirse de él para prosperar individualmente y poder comprarse chalés de 615.000 euros, recitan una frase definitiva de Marx: “Nuestra tarea es la crítica despiadada y mucho más contra aparentes amigos que contra enemigos abiertos”. Y eso es lo que ha empezado a ocurrir con los populistas-snobistas Iglesias-Montero.
Por eso las críticas contra la megalomanía de estos ‘Kirchner de España’ que arrecia en las redes sociales es considerada tan peligrosa para el apparatchik podemita como para convocar un plebiscito interno. Pero cuando se convoca es para ganarlo, como ganó Felipe González en el Congreso Extraordinario tras haber dimitido como secretario general por cuestión del marxismo. Iglesias quiere emular a González, pero ¿quién es Montero? ¿La Pasionaria? Para muchos, más bien empiezan a asemejarse a Luis XVI y María Antonieta.