Los sindicatos declaran la guerra a la presidenta de Adif: sus convocatorias ad hoc disgustan al sector ferroviario

La política de nombramientos de la actual presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, está provocando un auténtico terremoto interno en el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias. La última gota que ha colmado el vaso es una convocatoria para cubrir una plaza de Responsable de Dirección de Estrategia que, al parecer, ‘viene ofertada con nombres y apellidos’: la convocatoria contiene las condiciones ad hoc para que sea dada a una persona que ya ejerce en el Ministerio de Fomento. UGT y CC.OO. han declarado la guerra a Pardo de Vera, hermana de la directora del digital Público, a quien Pablo Iglesias quiso hacer Administradora del Ente RTVE.

Dicen que el ‘clan gallego’ es transversal: de la derecha a la izquierda y de ésta al otro extremo. En los sindicatos se recuerda ahora que la actual presidenta del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Isabel Pardo de Vera, entró en 2007, cuando era ministro de Fomento José Blanco. Se dice que el padre de las Pardo de Vera era un alcalde del PP de un pueblo de Lugo. Es lo que en Renfe llaman el ‘clan gallego transversal’: no importa el color político, porque Isabel Pardo de Vera habría sido nombrada presidenta de Adif en el Gobierno de Pedro Sánchez por obra directa del actual ministro de Fomento, José Luis Ábalos, pero con la sombra alargada de Pepiño Blanco, que actúa siempre desde bastidores, después de que el PP la encumbrara en la etapa de Ana Pastor.

Ésa es la historia que cuentan en los sindicatos en Renfe, que están sumamente molestos con la actual presidenta de Adif. Hablan de ‘clan gallego transversal’ porque, aunque Isabel Pardo de Vera entró con Blanco como técnico en convocatoria pública en 2007, quien la ascendió de categoría fue la siguiente ministra de Fomento y actual presidenta del Congreso de los Diputados, la popular Ana Pastor. Y ahora ha causado estupor en las filas sindicales que fuera la elegida por Ábalos para dirigir Adif. Por encima de Pardo de Vera sólo están el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Pedro Saura, un hombre de Blanco, y el propio ministro Ábalos. Es decir, su poder es inmenso.

Tan inmenso, que nadie cuestiona su política de nombramientos, que ha salpicado de escándalos la prensa española, como puede comprobarse en la hemeroteca en estos últimos meses. Esta ingeniera lucense de 43 años ha cambiado al cien por cien los puestos de la alta dirección de Adif; algo lógico, dado que son puestos de confianza: ha realizado 14 nombramientos sólo de directores generales, en la alta dirección.

Pero también ha acometido otros nombramientos que precisaban concurso público o, aún más justo, promoción interna, pero se decidió por convocatorias ad hoc, es decir, pensadas para personas concretas. En los sindicatos se recuerda con cierta sorna cómo a principios del pasado mes de septiembre Pardo de Vera tuvo que hacer dimitir a Juan Manuel Santos, que ella misma había nombrado un mes antes director de Recursos Humanos de Adif, pero luego se conoció que este directivo había apoyado el golpe de Estado de Tejero: firmó en 1981, cuando era militar, el denominado “Manifiesto de los 100”, publicado la víspera del juicio a los golpistas.

Guerra sindical por la política de nombramientos

Pero la gota que ha colmado el vaso ha sido la reciente publicación de la convocatoria de ingreso a Puestos de Personal de Estructura de Dirección en Adif, para el puesto de “Responsable de Dirección de Estrategia”. Una convocatoria que parece que ya está dada, según las condiciones del pliego: “Pertenecer a Cuerpo o Escala de personal funcionario adscrito al Subgrupo A1, con destino en el Ministerio de Fomento”. Así, como suena. ¿Cuántas personas cumplirán esos requisitos? En Comisiones Obreras y en UGT se apuesta que sólo hay una persona que cumpla las condiciones de la convocatoria.

“Dentro de Adif hay gente capaz de gestionarlo suficientemente. Pero lo dan a dedo”, dicen fuentes de Comisiones Obreras de Renfe, que recuerdan otro caso similar a éste ocurrido apenas unas fechas antes: “Recientemente nos topamos con una Convocatoria de Estructura de Dirección para Jefe de Relaciones con Inversores y Gestión Financiera, en cuyo requisito de acceso figura: ‘Pertenecer a Cuerpo o Escala de personal funcionario adscrito al Grupo A (A1 o A2), con destino en el Ministerio de Economía y Hacienda’”. Otro puesto pensado, según todos los indicios, para algún nombre concreto.

De ahí la “insatisfacción” de Comisiones y de UGT, que han sacado sendas notas internas a cual más dura: “Seguimos sin entender por qué las plazas pertenecientes a la ED en unas ocasiones se ofrecen de modo interno, y en otras no, sin que haya argumentos objetivos que lo sustenten. Y lo que no es objetivo, cae en el riesgo de ser arbitrario y discrecional; atributos que poco tienen que ver con los conceptos de igualdad, mérito y capacidad que deben impregnar y dirigir los criterios de selección en el sector público. Esta imposibilidad de participación de los trabajadores de Adif, vulnera el art. 23.2 de la Constitución”.

En Comisiones Obreras tampoco entienden la retribución ofertada: “El sistema retributivo del personal de ED se compone de sueldo más complemento de puesto de dirección más prima variable por cumplimiento de objetivos. En esta ocasión se echa en falta el complemento de puesto de dirección y su cuantificación. Una vez más, hemos de recordar que los gestores públicos deben rendir cuenta de sus decisiones y no puede seguir siendo opaca la política retributiva de la ED del Adif, cuando la Administración a la que pertenece es transparente en funciones, plazas y salario. Y cuando hay opacidad salarial es imposible saber si se están empleando adecuadamente los recursos públicos. Y, por ende, si se está beneficiando a unos a cambio del perjuicio a otros”.

Sindicatos y trabajadores han sufrido en pocos meses una de las mayores decepciones con esta presidenta, de la que esperaban que iba a acabar con la política de descapitalización y ninguneo de profesionales del ferrocarril. Pero en CCOO afirman que “se perdió una oportunidad de oro de crear ilusión, de contar con los valiosos profesionales de la compañía, y se han defraudado tanto las legítimas expectativas de muchos ferroviarios, como la del diálogo permanente con los agentes sociales, en asunto tan sensible como es la política de personal”.

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