El dulce placer de destruir
Los recientes disturbios en Hamburgo por la cumbre del G-20 no son más que un ejemplo del afán de destruir como método de acción política. No hago, al decir esto, un juicio moral sobre la idoneidad de dichas acciones. Cada uno reacciona a su manera ante las posibles injusticias de la sociedad: unos, investigándolas; otros,…