El ridículo de los políticos

Cuando parecía que el descrédito de nuestra clase política era insuperable, aún ha sido posible una vuelta de tuerca más. El esperpento de las mociones de censura de Murcia y Madrid y las contramedidas para sortearlas se sitúan entre lo sublime y lo ridículo, con los partidos compitiendo por quién insulta al otro mejor y…