Para entendernos, Sánchez tiene encima de su mesa un «desaguisado» y viniendo de «guisar», que incluye técnicas de cocinado se ha abierto un amplio debate: ¿debe trocearse el decreto? O mejor aún, ¿qué tipo de corte podemos aplicar al asunto para repararlo: un troceado o un «mirepoix», por un poner? Hay quien desea un troceado, regular, a modo de contenidos similares, incluso pequeñito tipo brunoise, y otros en plan «mirepoix», o sea cortes irregulares, a ver si salvamos más contenidos.
El problema es que Sánchez es más de catering que de técnicas de cocinado. En el avión lo de las técnicas de cocina no son útiles. También puede haber una razón que desconocemos: es que los dos decretos ley de marras, derogados por el Congreso, para chanza de la oposición y humillación de Sánchez, no puedan someterse a corte.
Tengan en cuenta que puede ocurrir que el presidente haya compuesto los decretos leyes con caldo de alguna poderosa marmita de las que el usa y el caldo, ciertamente, no se corta.
Eso sí, hay un viejo dicho chino que se recomendaba mucho al «pequeño saltamontes»: «Si haces lo mismo de siempre, obtendrás los resultados de siempre». O sea, que si no se trocean los reales decretos ley, lo más probable es que los votantes concernidos lo consideren un nuevo agravio y voten lo mismo.
Hay dos cosas que resultan relevantes a corto plazo: la actualización de pensiones y las ayudas al transporte. En el primer caso el problema es universal; en el segundo, especialmente a las grandes ciudades y comunidades (no es casualidad que Madrid o Andalucía, entre otras, hayan mantenido las ayudas).
A corto plazo ambas cosas pueden arreglarse repitiendo un decreto ley, como el aprobado en diciembre, que permitiría subir las pensiones, como se hizo en diciembre. Y legalizar después. La cuestión, pues, es la técnica de cocina que se aplique a los decretos leyes.
Sánchez parece preferir mantener la técnica ómnibus y lanzarse luego a pensionistas y viajeros contra la derecha. No tienen la misma seguridad algunos miembros del gobierno que se han lanzado a prepararse para las elecciones y marcar espacio, especialmente, los aliados.
Yo le recomendaría a Sánchez una «mirepoix», o sea, un decreto ley con pensiones y transporte y otro con el resto. Por lo menos que te aprueben uno.
Porque el de los impuestos a la energía no sale, aunque Sánchez le prometa al huido todo el oro que tiene en las arcas. Eso sí, puede darle inmigración, prometerle que las empresas catalanas no pagan impuestos, que ya no habrá deuda en Catalunya, y todo lo demás. Eso sí sería una «mirepoix» como la copa un pino.
Tampoco habría que extrañarse. Aquí el rey del troceado es Puigdemont.
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