El drama del lanzador de penaltis

Luis Enrique, el mal entrenador de la Selección española

Un puente es un periodo festivo, pero ocurren cosas. Ponen banderas en el Congreso, unos se pelean con los otros por quien la tiene más larga, me refiero a la bandera. Empezamos la semana pensando en que reformarían la malversación y ya nos vamos haciendo idea de por dónde va.

Empezamos el puente con un par de ministros en problemas. Una, por no hacer una ley que no previera sus efectos perversos. Otro, por un asalto en Melilla.

Pero, señoras y señores míos, qué es un asalto a la valla de Melilla comparado con ser derrotados en Catar por Marruecos, alguno de cuyos jugadores, por cierto, ha nacido en Getafe.

La derrota nos libró de un exceso de copas en el puente, nos llenó de decepción. De toda derrota se aprende: ya sabemos que se pueden dar mil pases y no meter un gol. Somos campeones del mundo del fútbol sin porterías. El que no se consuela es porque no quiere.

Sostiene el Chef Sando, en nuestra tertulia de hoy, que él iba a las pistas de hielo a ligar. Lo de nuestra selección es más o menos igual: pasaba el hombre largas horas seduciendo a una muchacha y, al final de la noche, de horas de copas y palabras, venía otro y se llevaba a la muchacha. Pero Sandoval sonreía: había ganado el tiempo de posesión.

Así que, sobre nuestra decepción, el padre y su guardería se han venido a casa, y ha habido mal rollito al final.

Pero, señoras y señores, entre todos los dramas del puente, entre todos los sufrimientos que en días de solaz y alegría no dejan de padecerse, ustedes no han reparado en el más duro de todos: el drama del lanzador de penaltis.

El lanzador de penaltis no se opone a un portero, eso es sólo un pretexto del juego. Se opone a las leyes del universo: el espacio se pliega, los metros ya no responden a las medidas que se guardan en el museo de Paris, todo se empequeñece.

Pero, sobre todo, cambia el tiempo: se hace eterno. El tiempo en el que se conoce si será éxito o fracaso le parece al lanzador de penaltis como si estuviera esperando una cita en la Seguridad Social.

El lanzador de penaltis es como Yolanda Díaz cuando sabe que tiene que hablar con el machote oficial, como Casado cuando tenía que mirar a Ayuso, como Abascal cuando le mira Olona. Vamos, como Sánchez cuando habla con el Rey de Marruecos.

Quiero decir que, por encima de todo, el miedo se apodera del lanzador de penaltis.

Cómo darse la vuelta y mirar a los compañeros, casi llorando o llorando literalmente, poniendo cara de no soy tan bueno como creíais.

Cómo darse la vuelta y mirar al jefe de la guardería, allí sentado, con cara de cabreo, él que es un padre, un hermano, un compañero, un líder, un streamer.

El primero de los lanzadores españoles no había fallado un penalti en su vida deportiva. El segundo solo uno, el tercero es la esencia del futbol, el poeta del “tiki taka”, el Picasso del pase.

Hay que gestionar las emociones, ser maduro, valiente y orgulloso para lanzar un penalti. Es como hacer un túnel. Uno no llama a los de primero de columpios, sino a ingenieros.

Sin embargo, el padre Enrique llevó a la guardería a construir una obra gigantesca. Chicos que no jugaron un minuto, chicos lesionados, chicos que se desfondan, chicos que la tocan, mientras el contrario corre como un león del atlas.

En fin, “Padrique” se ha ido, los muchachos han llorado, los lanzadores de penaltis serán señalados como si fueran guardias civiles en Navarra.

Aunque quizás, la verdad del cuento la sabemos la Lirio y yo: hace una década que ya no somos los mejores, mira que tener que descubrirlo en un puente. Eso es culpa de Florentino, que me lo veo venir, afirmará Tebas, en la comida de navidad que se ha montado en Abu Dabi, excelente sitio para hacer reuniones de la dirección de La Liga.

Vaya forma nos han dado “Padrique” y la muchachada de pasar un puente. Solo hay un modo de acabarlo, señoras y señores. Aumentando nuestra tasa de alegría doméstica y pensando drásticas soluciones: la próxima vez, que juegue Sánchez. Ese sí es un lanzador de penaltis.

https://peregrinomundo1.webnode.es/l/el-drama-del-lanzador-de-penaltis/

 

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