El Mundo de la Música 2.0

El hombre que ocupa la presidencia del gobierno es un pendenciero que nunca aprendió modales, ética o juego limpio. Dicen los deterministas que el pobre no tiene culpa, que es lo que mamó en casa: ahí está la reforma del Teatro de la Ópera (1991), que se presupuestó en 11 millones de euros y acabó en 121 y en la que el responsable de la dirección económica fue su papá, Pedro Sánchez Senior, por entonces en el Ministerio de Cultura de Carmen Alborch. Acabó en Cultura porque no se sabía bien dónde colocarlo y había que “meterlo” porque los rumores de la época hablaban de buenos oficios con el dinero rarito.

Hoy en día, un tal David Sánchez Castejón, que vive en Portugal en un palacete surgido de una donación de papi, es, además de hermanísimo, asesor del Teatro de la Ópera de Madrid junto a hombres de gran talla intelectual como Antonio Muñoz Molina o Vargas Llosa, que verdaderamente no le llegan al pimpollo a la suela de los zapatos, italianos, cosidos a mano y hechos a medida.

El muchacho ha estudiado mucho y en sitios muy chulos, Nueva York, Moscú, Siena, Milán. Lastimosamente, no le han llovido demasiados contratos a lo largo de su vida, ya que nunca levantó su carrera musical. El diario extremeño Hoy lo calificó de “inútil y torpe tras el estreno de la ópera L’elisir d’amore, en su montaje que conoció una sola función de lo malo que fue, que costó al erario 133.000 € y a Donizetti un par de vuelcos en su tumba.

El hermano del tramposo, e hijos ambos del economista que en los 90 multiplicó por once el presupuesto del Teatro de la Ópera, acabó de asesor superferolítico, vegano, resiliente and yeah de la banda municipal de la diputación de Badajoz, chuntachún chimpún.

No es que fuera un salto cualitativo en su carrera artística, pero sí cuantitativo: algo más de 50.000 € anuales por no ir ni a fichar: “Bueno, es que aquí no hay control de entradas y salidas, sabusté”, dijo alguien de la diputación pacense a la Guardia Civil que pasó por allí a ver qué había.

La UCO, mosqueada y oliendo a chamusquina, se presentó en su despacho extremeño con una orden de registro, pero aparte de polvo y telarañas no encontraron nada, y es que el muchacho cobraba, sí, pero no iba a trabajar. Bueno, imagino que sí fue tres veces: el día que firmó el contrato, el día que fue a pedir que le quitaran la cláusula que le impedía dedicarse a “otras actividades profesionales” y el día que fue a pedir la baja por paternidad porque se piraba a Tailandia.

Y hablando de paternidad, se casó con la diplomática japonesa Kaori Matsumoto que casi fue trasladada de la ONU en Nueva York a Madrid por Albares para vigilar el terrorismo en Mauritania. Tranquilos, yo tampoco lo entiendo, pero lo que sí se entiende es que lo que interesaba a Albares era la inmunidad diplomática que para ella y su marido obtendría una suboficina de la ONU en Madrid. A la señora Matsumoto hay que reconocerle que, cuando se olió la tostada, le dijo a Albares pues que arigató y sayonara pero que ella mejor se quedaba en Nueva York.

El hermanísimo no es un gran ladrón ni un gran corrupto, es solo uno más de los que recogen las migajas que caen de la mesa ubérrima del Príncipe León, el maquiavélico personaje del nobel Pär Lagerkvist.

Ser mediocre hasta en el latrocinio es bueno para el gorrón que acaba aupado a supuesto ladrón: nunca es mucho lo estafado comparado con las cifras que manejan los presuntos Koldo, Ábalos, Námber Guan, Begoña, de Aldama (no olvidar el ‘de’ de antes del apellido, brepordiós), Barrabés y cuando estos caigan, lo suyo será como una pepita en el torrente de oro desviado de su cauce natural.

Menos mal, David, que ahora tu hermano se ha agenciado toda una televisión nacional y de España, la va a llenar de consejeros de ERC y Bildu, va a echar a los del PP y, si espabilas como Broncano, te caerá un programa, El Mundo de la Música 2.0, por ejemplo. Y, ya de paso, a ver si medias para que Námber Guan le conceda el Premio Nacional de Música al maestro García Asensio antes de que se muera.

 

Un comentario de “El Mundo de la Música 2.0

  1. Pasa usted por encima de un caso gravísimo de nepotismo y falta de ética como si le resbalara, como si a usted no le afectara. Sánchez músico se beneficia del dedo concededor de su hermano presidente y dicen que incluso medió para cosas poco claras por lo que también se le acusa de tráfico de influencias. Nuestra españa está podrida y ya ni olemos la putrefacción.

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