El PSOE de Sánchez, lastrado por las deudas con la banca: deben más de 70 millones de euros a las entidades financieras

La deuda consolidada del PSOE con las entidades de crédito a cierre del ejercicio 2015, último fiscalizado por el Tribunal de Cuentas, ascendía a 75,32 millones de euros, de los cuales 41,70 millones correspondían a la deuda de la Comisión Ejecutiva Federal (CEF) y 33,62 a la deuda del resto de sedes integradas en las cuentas presentadas. Eso sin contar los números del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), con entidades propia. Estas cifras muestran que el PSOE es el partido más endeudado con la banca, con mucha diferencia respecto a los demás. ¿Este lastre podría influir en la política financiera que pueda realizar el Gobierno de Pedro Sánchez?

Es la gran pregunta que se formulan desde la izquierda radical no socialista: “¿El lastre de Pedro Sánchez con los bancos puede influir en su política hacia ellos?”. El nuevo presidente del Gobierno lo ha venido repitiendo como un mantra populista hasta ahora: si los españoles echamos un salvavidas a los bancos, lo justo es que la banca devuelva ahora el favor ayudando a sostener el sistema de pensiones. Una medida que la Comisión Ejecutiva Federal (CEF) del PSOE, por cierto, aprobó el pasado mes de enero. Pero, ¿podrán imponer esos impuestos especiales a la banca teniendo en cuenta la enorme deuda que arrastran con las entidades financieras?

Del análisis de las cuentas socialistas se deduce que el partido que dirige Pedro Sánchez se halla en una absoluta ruina: depende, fundamentalmente, de los ingresos oficiales en forma de subvenciones públicas por los procesos electorales y funcionamientos de grupos en las Cortes Generales, municipios y autonomías, mientras que las cuotas por militancia son casi irrelevantes. Es decir, que al PSOE le estamos financiando todos los españoles.

De la fiscalización del Tribunal de Cuentas de los años 2014 y 2015 -aún no se conoce la de 2016-, se deducen datos muy preocupantes. Por ejemplo, que de la información facilitada al TC por las entidades financieras resulta la existencia de 857 cuentas corrientes de las que era titular la formación socialista, las cuales no aparecen contabilizadas al cierre de 2015, con un saldo conjunto de 2.340.136,25 euros.

Igualmente, el TC observó la existencia de operaciones de endeudamiento formalizadas por la formación, con un saldo conjunto de 1,2 millones de euros a cierre del ejercicio 2015 que no se hallaban integradas en las cuentas.

Lo que cuesta echar a los trabajadores

Pero lo anterior es pecata minuta si tenemos en cuenta la enorme deuda socialista con las entidades financieras. Y, dentro de este epígrafe, hay un episodio que demuestra hasta qué punto el PSOE prefirió en 2012 endeudarse a largo-larguísimo plazo (hasta 2025) con tal de echar a una buena parte de sus trabajadores fijos en la sede federal y en toda la organización socialista. Es decir, cómo se hizo una auténtica reducción de plantilla al estilo de las grandes multinacionales.

Para esa reducción de plantilla de 2012 -luego ha habido otras, hasta llegar a la última, hace poco, con la vuelta de Sánchez al poder-, la dirección socialista se vio obligada a pedir un préstamo sindicado con cuatro entidades de crédito por un importe inicial de 14.750.000 euros.

Ese préstamo ha sido objeto de dos renovaciones: la primera en octubre de 2013, ampliándose el periodo de amortización y el capital hasta 18.930.921,76 euros, y la segunda en mayo de 2015 con una increíble rebaja en el tipo de interés y una ampliación del importe en 1,5 millones de euros. En total, que el saldo a cierre del ejercicio 2015 se elevaba a 17.781.778,78 euros y todo para echar a una buen parte de los trabajadores que habían servido fielmente al Partido Socialista.

Para esa operación de endeudamiento, el PSOE constituyó una garantía sobre los derechos reales de los que el partido es titular frente a la Administración General del Estado, derivado de las “subvenciones presentes y futuras” concedidas para atender sus gastos de funcionamiento y de seguridad previstas en el artículo 3.1 de la Ley Orgánica de Financiación de los Partidos Políticos (LOFPP), las otorgadas por los resultados en las elecciones a Cortes Generales y las que prospectivamente se obtuvieran en las elecciones de este ámbito hasta la fecha de vencimiento final del préstamo… ¡en el ejercicio de 2025!

La enorme deuda con los bancos: un lastre para hacer política

Pero lo anterior es sólo una parte del gran lastre que Pedro Sánchez tiene con los bancos a la hora de hacer política financiera: resulta que el pasivo total del Partido Socialista al cierre del ejercicio 2015, por importe de 82.514.100,23 euros, correspondía en un 70% a pasivo a largo plazo y un 30% a pasivo a corto plazo.

La deuda consolidada con entidades de crédito a cierre del ejercicio 2015 ascendía nada menos que a 75.317.553,32 euros, de los cuales 41.697.878,70 corresponden a la deuda de la CEF y 33.619.674,62 euros a la deuda del resto de sedes integradas en las cuentas presentadas. Es decir, que se han analizado operaciones de endeudamiento con entidades de crédito por un saldo conjunto de 46.186.265,13 euros a 31 de diciembre de 2015, que corresponde a la totalidad del saldo de endeudamiento de la CEF y a parte del saldo de las sedes territoriales, representando el total analizado el 61% del saldo de endeudamiento a cierre del ejercicio fiscalizado.

Ahora bien, con respecto al endeudamiento de la CEF, el Tribunal de Cuentas detectó varias deficiencias, como dos operaciones sobre las que la formación tiene constituidas garantías sobre las subvenciones a percibir y sobre las cuotas de sus afiliados sin que dicha circunstancia figure reflejada en la información sobre el endeudamiento incluida en la memoria de las cuentas anuales:

– La primera, el ya referido préstamo sindicado con cuatro entidades de crédito formalizado para la financiación del expediente de regulación de empleo llevado a cabo en el ejercicio de 2012, por un importe inicial de 14.750.000 euros.

– La segunda, un préstamo mercantil suscrito en el ejercicio 2014 por importe de 2.500.000 euros, cuyo importe se incrementó en el 2015 en 248.300 euros, y con un saldo a 31 de diciembre de 2015 de 2.349.330 euros.

Un año después, en las nuevas cuentas presentadas ante el Tribunal de Cuentas, el PSOE dijo que su deuda con las entidades de crédito ascendía en ese momento a 69.939.688,38 euros, de los que 50,4 millones eran a largo plazo, y 19,5 millones a corto plazo. Es decir, que apenas habría reducido su enorme deuda con los bancos en menos de cinco millones de euros. Faltan por presentar las cuentas de 2017, que presumiblemente no se hará hasta finales de este mes junio o de julio.

Pero en todo caso hay que destacan que esos 69,9 millones son la deuda más grande de los partidos políticos, seguido por el Partido Popular (PP), con 35,6 millones. En total, son 31 las instituciones financieras que, a finales de 2016, tenían algún tipo de préstamo o crédito con el PSOE, algunas tan curiosas como Caixa Conlonya (297.794 euros), Cajalmendralejo (13.999 euros) o la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Ontinyent (33.929 euros).

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