Ya hace mucho que nos hemos acostumbrado a vivir de rodillas y yo casi empiezo a preferir morir de pie y con dignidad. Desde junio 2018 Sánchez nos tiene arrodillados en una postura obscena ante los catalanes. Y lo hemos asumido como lo normal.
Ahora, la financiación singular para Cataluña, la pobreta vampira que ha desangrado a Extremadura, Andalucía y Castilla y León durante casi doscientos años. Y sale el gobierno y nos dice que la singularidad ya existe en el archipiélago canario y en la España vaciada, que hay que tener cuajo.
Pobreta Cataluña, la insolidaria siempre, la egoísta siempre, la más avariciosa del orbe que exige recaudar ella, no repartir con los demás y que el resto de españoles —ellos nos llaman ñordos— les sigamos pagando prácticamente todo. No es coña: Sánchez se compromete a ceder “la gestión integral y a mantener la financiación actual de los gastos”, según los racistas de ERC.
La mayoría de felaciones de Sánchez han supuesto mayor independencia de los catalanes y que los demás seamos los que paguemos la factura. Ahora, además, no quieren repartir sus ingresos ni pagar sus gastos.
Cataluña es lo que es porque se ha dedicado sistemáticamente a expoliar social, política y demográficamente a las comunidades citadas más arriba. Con la utilización en régimen de semiesclavitud de mano de obra barata sustraída de esas tierras, Cataluña ha construido un imperio de avaricia.
Desde Isabel II, las cesiones dinerarias desde el gobierno central a la tierra infame se han hecho en detrimento de esas otras regiones. Durante doscientos años no ha habido dinero para carreteras, trenes, sanidad, educación, industrialización y futuro. Sus gentes tuvieron que emigrar a Cataluña a trabajar en condiciones durísimas y encerrados en ghetos. Al principio, siglo XIX, fueron llamados “els negres”, los negros, tanto por su piel aceitunada cuanto por su situación de semiesclavitud. Pero “els negres” se mezclaron con la raza pura y nórdica de los catalanes y a la segunda generación la llamaron “charnegos”. Luego llegó el Don Jordi Pujol y se aceptó el término, tan sutil como asquerosamente racista, de “altres catalans”, los “otros” catalanes.
Dice ahora el gobierno que “todas las CCAA verán mejorada su financiación”. ¿Y cómo, exactamente? ¿Emitiendo más deuda? Tal vez para eso se necesitará un cómplice, tal vez un gobernador del Banco de España que salte directamente desde un ministerio de Sánchez. ¿Qué tal José Luis Escrivá?
Hace unos días supimos que España debe el 109% por ciento del PIB. El Producto Interior Bruto es el sumatorio de lo que producimos globalmente como país cada año. Y no sólo se incluye lo legal, también lo ilegal como la prostitución o el tráfico de drogas. Es decir, producimos unos 1.400.000 millones de dólares al año, pero debemos 1.540.000 millones. Por supuesto, deber tanta pasta supone deber también muchos intereses, tantos que suponen un 2,4% del PIB, 336.000.000 de dólares.
Como las palabras son gratis, los presupuestos prorrogados un chicle y las tragaderas españolas inagotables, nos dicen que con el plan singular catalán todos van a cobrar más. No importa el cómo, ni que sea matemáticamente imposible sin empeorar aún más la situación fiscal de los que ahora tienen entre 15 y 30 años que son los que van a pagar el pato. Se dice y punto, si luego sale con barba, San Antón, y si no, la Purísima Concepción.
Y entonces, de nuevo metiendo el dedo en el ojo gratuitamente, yendo a hacer daño y dejando claro su supremacismo repulsivo, ERC y Junts saltan diciendo que de eso nada, que eso no es lo pactado y que si van a mejorar a las demás CC.AA. entonces dejan caer al gobierno. O sea, de lo que se trata es de que ellos ganen y los demás nos jodamos literalmente porque, si no, les daría lo mismo que los demás mejoraran.
La vida es un péndulo y ahora Sánchez lo ha levantado hasta el extremo de la ignominia, pero también él pasará y el péndulo se moverá justo hasta el otro lado. Nos veremos entonces.
Algunas de las concesiones Sánchez a los catalanes:
- Modificación del delito de terrorismo.
- Modificación del Código Penal.
- Ley de amnistía.
- Condonación de todas las multas e indemnizaciones causadas por los daños físicos, psíquicos y materiales del prusés.
- Un relator internacional.
- Gestión integral de la inmigración.
- Financiación desde el Estado central de todos los gastos derivados.
- Indultos.
- La segunda huída de Puigdemont hace un par de semanas.
- Supresión del artículo 43 bis de la ley de Enjuiciamiento Criminal.
- Reforma de la Ley de Sociedades para hacer volver a Cataluña las empresas que se fueron.
- El estado central asume la totalidad del coste del precio del transporte público en Cataluña.
- Archivo de la causa por terrorismo contra Tsunami Democrátic.