Por dinero que no quede
Tenemos el Gobierno más amante del gasto público en los últimos tiempos. Un ejemplo lo ofrece el número de asesores gubernamentales, que se acerca al millar, llegando a cobrar algunos hasta los 100.000 euros.
Tenemos el Gobierno más amante del gasto público en los últimos tiempos. Un ejemplo lo ofrece el número de asesores gubernamentales, que se acerca al millar, llegando a cobrar algunos hasta los 100.000 euros.
Predecir el futuro es una tarea en principio imposible. ¿Quién hubiera previsto hace unos años que pasaríamos por una pandemia sin precedentes en todo un siglo? ¿O, más recientemente, que Rusia invadiría Ucrania con una vesania terrible, poniendo en vilo al mundo entero?
Con la subida del IPC un 6,7% en diciembre todos somos más pobres. No sólo cada uno de los ciudadanos, que nos encontramos ante una cesta de la compra cada vez más cara, sino todo el mundo, incluido el Estado, cuyas previsiones hay que depreciar porque su dinero también vale menos.
A pesar de la enorme Deuda Pública de la mayoría de los Estados, entre ellos el español, y del crecimiento sin freno de su Déficit Público, se ha impuesto entre la izquierda y sus intelectuales —como los sobrevalorados Premios Nobel de Economía Paul Krugman y Joseph Stiglitz—, la tesis de que para prevenir y combatir…