Todo el mundo recordará la frase de Carmen Calvo con la que titulo este artículo. Esto justifica la largueza con la que el Gobierno, antes y después de la Calvo, maneja las finanzas públicas, como si fuesen un pozo sin fondo y, lo que es peor, sin dueño.
Viene esto a cuento de los encuentros semanales de Pedro Sánchez con pequeñas muestras de colectivos, para demostrar lo campechano que es y, sobre todo, lo generoso que resulta dándoles pagas, cheques y otras subvenciones como si echase mano de su propia cartera y no del dinero de todos.
¿De dónde sale ese dinero? De las cuentas públicas, por supuesto, es decir de las cuentas que financian los ciudadanos. En primer lugar esas cuentas han crecido con la mayor presión impositiva, por una parte, y por la inflación, por otra, ya que aumenta el dinero en circulación y así suben entre otras cosas los impuestos indirectos.
Pero las paguitas que va dando un día sí y otro también el Gobierno no sólo son detraídas del bolsillo de los ciudadanos, sino que tienen sus trampas. La primera, en su concepto mismo, haciendo un trasvase de las partidas presupuestarias, que son vulneradas sin ningún rubor. Lo mismo pasa con los dineros de la Unión Europea para la reconstrucción económica, que son forzados en su denominación para atender a la presunta generosidad de Sánchez y a cuyo uso tiene que dar el visto bueno la comisión parlamentaria europea enviada al efecto.
Finalmente, para que no falte ese dinero “que no es de nadie” está la deuda pública, es decir, los empréstitos que hay que pagar en un futuro y que ya han alcanzado cifras de récord. Empréstitos, digámoslo ya, que han de pagar como todo lo demás los sufridos contribuyentes,
Pese a ese agujero de infarto de nuestra contabilidad nacional, con un Presupuesto ya de por sí deficitario, no veremos que disminuya, sino todo lo contrario la política de subvenciones de Pedro Sánchez a los distintos estamentos de la sociedad. No olvidemos que estamos en año electoral y que cada bono o cheque que da el presidente como si fuese de su cartera personal, es un voto más con el que espera contar para perpetuarse en el poder.