Que la sangre altera
Tendría que comentarles que “la primavera la sangre altera”. Pero como no hay primavera sino seco verano adelantado, no tenemos a quien echarle la culpa: son solo ganas de tocar las narices.
Tendría que comentarles que “la primavera la sangre altera”. Pero como no hay primavera sino seco verano adelantado, no tenemos a quien echarle la culpa: son solo ganas de tocar las narices.
Sostiene el señor Tezanos que él no hace magia. Efectivamente: ha decidido abandonar la cocina y la dirección de un Centro de Investigaciones Sociológicas, que gozaba de cierto prestigio, para convertirse en agente electoral. Pero, lástima: su “tropilla” no le sigue en el intento.