Curioso que a ERC se le llene la boca en Barcelona y la bocaza en Madrid dando lecciones de ética y comportamiento a propios y extraños mientras uno de los personajes con peso específico en su organización, Xavier Vendrell, antiguo conseller de gobernació, se reúne con el “Zar del contrabando” de Colombia, Diego Marín, (a) Papá Pitufo, y le acepta “un donativo” de 500 millones de pesos colombianos (115.000€).

El destino era la campaña de Gustavo Petro a la presidencia de Colombia y éste ha declarado que sí llegó a su campaña, pero que desconocía su procedencia y que cuando la conoció ordenó que se devolviera y se grabara la devolución. Lo que no queda claro es que pasó finalmente con los fondos.

Por otra parte, Vendrell es millonario, un millonario hispano-colombiano indepe con casoplón de un millón de pavos en Barcelona que se ha hecho rico con las concesiones en doce ciudades colombianas para el tratamiento de residuos. Según el diario Portafolio de Colombia, tales concesiones sumarían más de 2 billones de pesos (500 millones de euros). Con tanta pasta y teniendo en cuenta que si te quedas la plata del pitufo te van a pitufar de lo lindo, es razonable pensar que lo devolvió.

O tal vez no: Augusto Rodríguez, director de la Unidad Nacional de Protección (UNP) de Colombia ha señalado en una entrevista a la revista Cambio que Néstor Daniel García Colorado, fundador del Partido Alianza Verde, acompañó a Vendrell hasta una mansión del Papá Pitufo en Guaymaral (Valledupar) para recibir los 500 millones de pesos y “se embolsilló 50 millones de un tacazo” (sic).

Vendrell fue terrorista en Terra Lliure hasta 1991 en que fue disuelta por las FFyCC de Seguridad del estado. También su amigo y asesorado Petro fue miembro del M-19. Allá en Colombia lo llamaron guerrilla, pero era terrorismo puro y duro, claro que de eso hace 30 años. Ahora ambos, dicen, son personas decentes.

La historia oficial de su relación se remonta a cuando Petro fue alcalde de Bogotá y tuiteó (3/10/2017, 1:08 pm) una alabanza a una foto de Vendrell y su hija Alondra con la bandera indepe. Y entonces se hicieron best friends forever.

A Petro lo están acusando, en fin, de dinero sucio en su campaña. El Consejo Nacional Electoral (CNE) investiga y llega a Vendrell y señala que el catalán se encargaba de los “testigos electorales para los comicios presidenciales cuyos gastos no fueron reportados”. O sea, los de procedencia oscurita. El diario El Tiempo desvela también que Vendrell creó un grupo, Activistas por el cambio, que presionaba desde las RRSS a la Corte Suprema y a posibles recaudadores. En fin, pelusilla electoral que se premia con la firma de un decreto (31/8/2022) concediendo a Vendrell la nacionalidad express, tres semanas antes de asumir Petro la presidencia.

Vendrell oficia como asesor del presidente, él mismo lo ha afirmado varias veces, pero el último contrato que registra su nombre, según Mintrabajo, finalizó en diciembre de 2023. Ninguna otra vinculación oficial aparece registrada a pesar de que tiene libre entrada en el Palacio de Nariño así que, ¿qué hace para Petro, con qué vinculación y por cuánto?

Pero Vendrell es de ERC, así que sus líos se extienden también a esta piel de toro: es uno de los investigados en las operaciones Volhov y Troya sobre las relaciones de los indepes con la trama rusa y la financiación de acciones de Tsunami Democratic contra el estado español. De dónde salía ese dinero, se preguntan la UCO y la UDEF. Yo, que suelo ser malpensado, digo que no sólo de la generalitat catalana y sus instituciones satélite. Algo huele a podrido en Bogotá.

Últimamente, Petro tiene la negra: Trump le ha obligado a tragarse a los deportados, emite en directo un consejo de ministros y se arma un gallinero, está siendo investigado por financiación ilícita y cuando nombra a Armando Benedetti (un tipo poco aconsejable) para la Jefatura del Despacho Presidencial, le dimiten varios ministros forzándole a exigir la dimisión protocolaria del resto. Durante 4 días ha estado fuera de Colombia, en Emiratos Árabes, dejando al país sin presidente ni ministros. Aún serán Vendrell y el siniestro Benedetti los que hayan estado al mando de Colombia durante estos cuatro días. Mientras tanto, Rufián sigue dando lecciones de ética.