La sombra de la traición

No le temo al enemigo que me ataca, sino al falso amigo que me abraza, dice un verso de una canción cuyo autor desconozco. Pero la frase es tan cierta como la vida y la muerte. Conociendo el lector, como conoce, mi posición en todo esto que se ha dado en llamar el procés y que no era más que un nuevo intento de robar al noble pueblo español, ya sabrán de qué les voy a escribir.

Estos días mañana me he desayunado con la confirmación de una doble traición: Torra aparcará el referéndum a cambio de 6.000 millones de euros. Doble traición porque si un día una buena parte de catalanes, los separatistas, traicionaron al resto de españoles alegando todo aquello de que les robábamos, que éramos una raza inferior, que en España no había democracia, que éramos una dictadura, etc. Ahora resulta que los mismos que los embaucaron los traicionan a ellos.

Todo esto tenía un precio, al menos por unas décadas. Luego volverán a las andadas, así ha sido desde la noche de los tiempos y así será. Cuando reclamaban diálogo lo hacían en serio, diálogo para volver a esquilmar al resto de españoles. El precio fijado por el momento son 6000 millones de euros. Que a nadie le quepa duda de que a nosotros, al resto de españoles de Andalucía, Murcia o Aragón, también nos habrá traicionado nuestro gobierno si los paga.

¿Hay mayor corrupción que cobrar para dejar de perseguir delitos tan graves como la rebelión, la malversación o la difamación? Yo no voy a contestar, que contesten los defensores de Pedro Sánchez, no su partido que también ha sido traicionado, o él mismo. Aunque ya no hace falta que explique la prisa por subir impuestos: la respuesta está clara, hay que pagarles el peaje a los traidores y hay que hacerlo cuanto antes, a ser posible este mismo verano para que en las elecciones de este otoño/invierno la felonía ya esté consumada.

Vamos a echarle un vistazo a los hechos; y que conste que no es mi intención hacerles vomitar.

Tras la reunión de Quim y Pedro, los mensajeros de la Generalitat han preparado un sinfín de temas de urgente necesidad para el tan solicitado diálogo. Por supuesto son todos temas prioritarios, tan prioritarios que en ninguno de ellos figura la autodeterminación, el referéndum, la declaración de la república ni gaitas mañaneras. El tema prioritario es el precio para olvidarlo todo y pelillos a la mar.

Por supuesto, Moncloa le quita hierro al asunto. Según ellos son los temas normales entre una Comunidad Autónoma y el Gobierno del Estado, no hay nada especial en ello, quizá que todo se fraguará en comisiones bilaterales, o sea, sin luz ni taquígrafos. Vamos, que nos van a robar la cartera sí o sí. Van a ser tan bilaterales que la ministra Calvo ni siquiera piensa comparecer públicamente para explicarlo. Aunque además de la guita, también estén sobre la mesa, aún sin precio -ése lo sabremos después- los siguientes temas: la retirada de los recursos a las leyes aprobadas por el Parlament sobre los mecanismos de control financiero mejora de recursos de la Generalitat, déficit y política tributaria y el aumento del techo de gasto. Por supuesto Sánchez ha dado el visto bueno, eso sí, siempre que sea en Comisión Bilateral, los testigos son molestos, sobre todo cuando se trata de traicionar al Estado de Derecho, a las arcas del Estado y a los paganinis, ustedes y yo que no vivimos en Cataluña.

El tema está tan avanzado que por parte de la Generalitat ya se ha anunciado quiénes serán los miembros de esa comisión. La presidenta del contubernio conspirador será nuestra ministra de Administraciones Públicas, Meritxell Batet, que hasta ahora es la que ha llevado el peso de las negociaciones secretas auxiliada por la Delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera.

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