Excelentísimos jueces del Constitucional: vale, aceptamos Puigdemont como malversador doméstico. Los constitucionalistas, de izquierda o de derecha, somos así y acatamos la Constitución y a sus tribunales. Cosa que no está muy claro que hagan los tribunales y, en este caso, el señor Conde-Pumpido, que ha perpetrado un insulto constitucional en toda la regla. No le voy a estropear su día de gloria al hombre: ya puede jubilarse, dejando su cagadita en la historia, cómplice de una notable felonía política y legal. Para eso le pusieron, dice el venal caballero.
Debe decirse que, si lo que no esté expresamente prohibido en la Constitución puede hacerse, hay mucha gente dispuesta a hacerse un “Pumpido”. Ya lo hicieron los del ERE, ahora, los del “tres per cent” y la secesión, quien sabe si mañana son los del prostíbulo o algún fiscal, por un poner. En fin, seguiremos hablando del asunto, mientras nos sentimos traicionados por los que dijeron que nunca, jamás.
Da igual, anda Pedro, entre OTAN, Israel y cosas por el estilo con un único objetivo: que olvidemos lo que pasa, ha pasado y pasará en materia de ética política y corrupción.
Pero hoy no es solo día para felicitar al presidente del Constitucional. Señoras y señores se casan el señor Bezos y Sanchez. Sanchez es el apellido de la señora que se casa con Bezos, no se líen. Felicitaciones a Jeff Bezos y Lauren Sanchez por la boda.
Hay muchísimas preguntas en torno a la boda de Jeff Bezos que son transcendentes. Bezos es uno de los oligarcas blanquitos que acompañaron a Trump y que compite con Elon Musk a ver quién la tiene más grande: me refiero a la nave espacial, no sean mal pensados.
Preguntas inquietantes ante el evento hay. Por ejemplo, ¿quién en su sano juicio reserva Venecia en pleno verano? ¿Quién se compra ciudades, salvo si además de oligarca es gilipollas? ¿Por qué no va Katy Perry? ¿Y cómo es que Eva Longoria sigue en todas las listas de invitados, a pesar de no ser famosa desde 2012?
Pero la cuestión que nos sigue dando la lata es, como el tercer hombre más rico del mundo, Bezos, podría, suponemos, convencer a casi cualquier mujer del planeta para que se case con él: ¿Por qué Sanchez?
El prometido no parece ser un hombre que se sienta cómodo tomando decisiones que no sean las más obvias. Bezos, dueño de Amazon, se hizo rico explotando inmigrantes, construyó un cohete y pasó de ser un friki tecnológico debilucho a un Mr. Universo de cómic, de modo que, hoy en día, parece un hombre con una caja de cartón de Amazon debajo del polo.
Que esta persona elija no solo a una mujer apenas seis años menor que él, sino a una que, estilísticamente hablando, se acerca cada vez más a la escuela de embellecimiento extravagante de las señoras del movimiento proTrump es de lo más natural.
Me refiero a la extraña estética que muchas mujeres del mundo Maga parecen haber adoptado con entusiasmo como norma. Si existe un “look” Maga para mujeres es el que ejemplifica Sanchez y las mujeres del Gobierno USA: una combinación de apariencia de concurso de miss y Melania Trump, cuyos ojos suben lenta pero inexorablemente por las sienes en lo que se conoce, informalmente, como el rostro “Mar-a-Lago”.
Lo curioso de este estilo no es que sea exagerado, sino que se trata de una estética que parece llamar deliberadamente la atención sobre su propia artificialidad de una manera que, en otros contextos, podría calificarse de mal trabajo estético.
Las personas adineradas también pueden tomar malas decisiones en cuanto a la cirugía estética, por supuesto, pero la uniformidad de este aspecto en particular —tan recargado de rellenos, silicona y bótox que hace que quienes lo llevan parezcan no más jóvenes, sino más raros y en un estado de constante incomodidad— sugiere algo más cercano al diseño.
Si fuera usted de los que analizan “El cuento de la criada” podría especular que esta estética ha sido adaptada por los hombres más ricos del mundo para simbolizar cuán completamente, casi con desdén, pueden controlar los cuerpos de las mujeres que los rodean.
Pero centrémonos en la boda, que nos ha dado esta semana un respiro de las noticias de Irán, la OTAN y la banda del prostíbulo y nuestro Sánchez, con el espectáculo de un hombre extraordinariamente rico y hortera, ahuyentado por la amenaza de lugareños furiosos que le hacían un escrache con flotadores de piscina.
La razón del escrache es fácil de explicar: la boda del sábado estaba prevista originalmente para celebrarse en el centro de Venecia, en la Scuola Grande della Misericordia, un salón de reuniones del siglo XVI, rodeado de canales. El señor se había alquilado para él y su pandilla el centro de Venecia por un fascal. Un gesto de lucimiento hortera de la riqueza, después de haber hecho su despedida en España, en el mismo sitio que iría su prima de usted.
Se puede decir con seguridad, que los venecianos no estaban contentos. Después de que un grupo llamado “No Space for Bezos” (No hay sitio para Bezos) amenazara levemente con interrumpir la llegada de los invitados con caimanes inflables, Bezos cambió de sede a una sala menos accesible fuera del centro.
Cabe destacar que “No Space for Bezos” (No hay sitio para Bezos) no es lo mismo que “Everyone Hates Elon” (Todo el mundo odia a Elon –Musk-), un grupo diferente, pero igualmente enérgico que desplegó una enorme pancarta en la Plaza de San Marcos con la leyenda: “Si puedes alquilar Venecia para tu boda, puedes pagar más impuestos”.
Esperemos que Mark Zuckerberg que, supuestamente, asistirá a la boda, consiga su propio grupo a medida con este estilo. El de Meta no puede andar por el mundo sin un grupo tan imaginativo como esos.
Siendo viernes, me tomaré mi vino a su salud, me permitirán que le pida a mi tabernero un vino italiano, los venecianos se merecen un recuerdo y nuestra envidia solidaria, espero que estén de acuerdo conmigo.
De Bezos y la señora del botox y Pumpido que se ocupe la historia. Sospecho que no dirá nada bueno de ninguno. A la historia se le acumula el trabajo. Felicitemos pues a los venecianos. Han logrado ahuyentar al pretencioso ricachón.
- https://peregrinomundo1.webnode.es/l/pumpido-bezos-y-sanchez-a-la-historia-se-le-acumula-el-trabajo/