Pedro sólo piensa en el elefante

Hemos pasado una semana en la cosa se explicaba fácilmente: «antes muerto que troceado», «sacaré los votos bajo las piedras». Pues bajo las piedras no había flores, sino una notable carcajada: los decretos leyes han sido troceados, y, de regalo, añadimos una tramitación de la moción de confianza y alguna que otra renuncia.

Una pequeña humillación de nada hay que sumar: el Consejo de ministros convertido en Comisión de subsecretarios, mientras en Bélgica, en el patio del fugado, con la compañía de los correspondientes Rinconetes y Cortadillos, se tomaban unos churritos, haciendo esperar al Gobierno democrático español a saber si tenía o no tenía votos para su notable política progresista.

Es que lo progre es que gobierne el patio de Monipodio y no esos virreyes que se eligen en Madrid.

No sólo han caído los impuestos progresistas de la muerte, por la candidata andaluza promocionados y por aliados solicitados, de momento abandonados, sino que también han desaparecido las entregas a cuenta a las Comunidades Autónomas, algunas se quedarán sin pasta, hasta que Pedro ceda en alguna cosilla tipo condonación de la deuda, camino del cupo, etcétera. Hasta el escudo de protección a los desahuciados será, como les dirá cualquier abogado, de cumplimiento imposible.

Eso sí, ha salido el prócer en la tele, en modo plasma, con gesto algo contrariado eso sí, para decir que él ha triunfado, faltaría más, y no el fugado ni la señora Nogueras, que ha tardado cinco minutos en recordarle que, por si acaso, se vaya preparando para sudar los presupuestos. Al parecer, Pedro ha derrotado al PP, pues eso.

Ustedes, quizá, si tienen tiempo, podrían hacerse una pregunta: ¿Por qué pagar tanto precio y tanta humillación, si el asunto podía salir gratis y plan hombre de estado?

Efectivamente si el Bolaños, de los Bolaños de todas las salsas, hubiera levantado el teléfono y llamado a Feijóo es probable que le hubiera salido más o menos igual el troceado, con menos humillación y haciendo un discurso poniendo verde al pepero que es un tipo fácil.

La única duda para las derechas es lo del palacete parisino regalado, nadie sabe el porqué, a los vascos: espero que a los comunistas que resten les donen algún pisito en Roma, Paris, Basilea, México o sitios parecidos, seguro que Luis García Montero está en ello.

Por cierto, que la maniobra de permitir el registro de un edificio en el exterior antes de que el decreto Ley fuera aprobado es una maniobra elegantísima, de los muy elegantes carlistas del norte. La razón da pasar a las humillantes cesiones y el troceado a la mirepoix del que aquí les hablé es que Pedro solo piensa en el elefante.

En el año 2004, los creadores de comunicación recibimos con alborozo el librito «No pienses en un elefante» (Lakoff.G -2004-. No pienses en un elefante. Editorial Complutense). Sostenía el lingüista que los marcos mentales son la forma en la que vemos el mundo.

Enseñaba a su alumnado la imagen de un elefante (es el emblema del partido republicano, antes de ser anaranjado) y les decía «no pienses en un elefante»: hasta que no sacaban al bicho de su mente no conseguía que pensaran en valores o palabras distintos.

Sostenía que si quieres cambiar el mundo, hay que cambiar el marco mental de la gente. Del marco mental –cosa compleja que requiere estudio-, pasamos a la neolengua, de la neolengua al relato y del relato al «hashtag» (una palabra) y doscientos caracteres.

Así que Pedro solo piensa en su elefante y pretende que nosotros compremos su elefante, entero: el elefante es lo que él dice y si abandonamos al elefante solo habrá el abismo electoral que, naturalmente, solo ganarán los fachas.

Tengan en cuenta que ya no sólo debemos protegernos de la abundante fachosfera española, sino también de la de Trump y la de media Europa. Él, es el muro, las facciosas elecciones son el elefante.

Así que sólo piensa en el elefante y nosotros con él. Puigdemont, el que está bajo las piedras, es el que gobierna y no es un facha: sólo piensa, en racista programa, que el gen español es africano, como creían los fundadores del Estat Catalá a los que tanto estima.

Todo será posible. Y esta carrera de humillaciones y renuncias durará lo que dure la llegada del elefante. Pedro sólo piensa en el elefante: quizá usted debiera pensar en otras cosas.

  • https://peregrinomundo1.webnode.es/l/pedro-solo-piensa-en-el-elefante/

 

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