El guapo, el bello, los listillos… y los ausentes

Sostiene el diputado madrileño Juan José Marcano que a Pedro “le tienen envidia por lo bueno que está”. Sin duda, tiene derecho el señor Marcano a que le ponga el presidente, faltaría más. Sólo me atrevo a advertirle que se empieza así y se acaba como le pasó al bueno de Zerolo, que tenía “un orgasmo cada vez que oía a Zapatero”. Elegir entre el esposo o la ceja es cosa del señor Marcano.

Tengo para mí que no es envidia lo que produce Sánchez. Pero, sobre todo, que el señor Marcano ha cometido un error estratégico: no ha señalado la prístina belleza de Óscar Puente, cosa que aquí ponderamos, y que habrá puesto en alerta a los funcionarios encargados de analizar las alabanzas a su belleza, como él mismo declaro al señor Alsina. Cosa que, Juan José, puede ser grave: se aproxima el Congreso del partido.

Lo que resulta sorprendente de todo esto es que la belleza forme parte del argumentario político. Al parecer habíamos quedado en que las referencias físicas eran impropias y machistas. Aunque yo lo entiendo: si el prócer puede llamar, de forma progresista, “pichona” a la señora, por qué no decir que el jefe del partido es el guapo.

Más allá de esta frivolidad, el argumentario en días de turbulencia indica cierta pobreza argumentativa, aunque al socialismo realmente existente no le importa, ellos poseen siempre la verdad.

Pero reconozcamos que desde Suiza a Waterloo, de Caracas a Ceuta, del presupuesto a la vivienda, etcétera, sólo la belleza del presidente no parece argumento solvente.

Cierto es que los recién llegados a la Moncloa no han tenido tiempo de generar nuevos mantras. Aunque lo de “blanco y en botella” fue ampliamente repetido, no parece especialmente creativo. Más que por los “cabezas de huevo” parece creado directamente por el propio Bolaños. Tras la leche, sólo silencio.

Pero que no desmaye la izquierda: a La Moncloa han llegado los listillos. Ya sabíamos que teníamos a Bolaños y a Montero, de los Montero de Hacienda, aunque últimamente no cosechan muchos éxitos, desde el juez Peinado al techo de gasto, no dan pie con bola.

Pero los listos, listos, al nivel de “listillos prime”, son los del gabinete de Pedro Sánchez. Los que envían los guasap del mensaje diario a los ministros y medios amigos e inventan notables asertos filosóficos: por ejemplo, que se sepa que “el engaño” (o sea, la mentira) es, lo ha escrito el jefe de gabinete, una modernización de la política.

Un grupo de tecnócratas ha sustituido, tras la salida de Rivera y Óscar López, a los ideólogos del partido. Pueden ocurrir dos cosas. Una, que la cantera que dejó “Pepiño”, antes de intentar meter en la cárcel a los controladores aéreos –fracaso- o privatizar torres de control con personal de la derecha y cobrarles por “lobby”-éxito-, se haya agotado, Cerdán por un poner.

Otra posibilidad es que, en vísperas de Congreso de la causa, el prócer quiera separase del partido que se pondrá rojo, rojísimo, cuando Pedro lo que quiere es ser moderado y catalanista, por si acaso hay que aguantar un poco más y los de izquierda ayudan poco.

No debemos olvidar que entre los “listillos prime” se encuentra la creciente clientela política que ha decidido que si los de Junts van a hacer negocio con el techo de gasto, ellos y ellas también, que queda poco en el convento.

Abran, amigos y amigas, la puerta a unos milloncejos, entre 15 y 20 mil, mientras los vigilantes europeos aparecen por la puerta de los ministerios para controlar las reglas de gasto y aquello de que había que gastar los fondos europeos.

Es probable que los funcionarios de Bruselas se crucen con notables ausentes en el pasillo. Con Albares que no sabe nada de México y menos de Caracas, ni tiene nada que decir. Con los señores y señoras ministras que no dicen nada de casi nada. Del muy bello, reitero la prístina belleza de Óscar Puente, azote de fuerzas políticas, aunque poco amante de los trenes.

Creo, aunque no está constatado, que tenemos una ministra de la Infancia, otra de Igualdad y uno de interior que tampoco sabe nada de Canarias, de Ceuta o de Barajas. Pero no estoy seguro.

Hubo un tiempo que la izquierda tenía ideas, ahora no se lleva. La política es cosa de guapos, bellos, listillos…y algún ausente. Todo en orden.

 

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